13:05 El músico callejero tiene una buena cantidad de monedas, pero en este caso el dinero no llama al dinero.
Hace un alto, saca una bolsa y retira la mayor parte de lo recaudado para dejar unas pocas piezas, paradojas de la economía de la calle, es mejor estar siempre empezando porque la percepción del paseante cambia con las cifras.
Dos caramelos que echó una niña siguen en la funda de la guitarra
los caramelos que humildemente le echó la niña tambi? son un reclamo..
Está estratégicamente preparado, no deja cualquier moneda. Quita todas las de menos valor (1,2 y 5 cent.), que son las cobrizas y deja algún eurillo y de 50 céntimos (y quiza de 20, en la foto no se aprecia), pero nada más bajo que eso. La idea es que si alguien se acerca y lo ve lleno de euros, no querrá quedar mal y echar menos.
Cuanta metáfora encierran esos dos caramelos. Un pedazo de dulce entre la oscuridad amarga del asfalto.