El viernes 8 de abril, la familia del dibujante Francisco Martín Morales donó su archivo personal de viñetas a la Universidad de Granada. Miles de viñetas e ilustraciones hechas durante un periodo de más de cuatro décadas.
Se trata de más de 15.000 originales entre los que se encuentran piezas de distintos tamaños desde las más pequeñas en papel para prensa y otras de gran formato sobre cartulina realizadas para revistas desde sus inicios en 1966 hasta agosto de 2010, cuando un accidente doméstico (1) (2) le obligó a detener su rutina de publicación y pasar casi a la inactividad.
Algunos datos biográficos y sobre la obra donada. Fuente: UGR Universidad de Granada
Primera época: De DDT a Ideal (1966-1975)
El archivo comienza con las primeras colaboraciones que publica como profesional, en la segunda mitad de los años sesenta, en cabeceras históricas como DDT o Can-Can, que tienen un gran valor testimonial sobre su aprendizaje. Tras su mudanza a Madrid, Martínmorales (así, empezó a firmar entonces, uniendo sus apellidos) colabora con los periódicos del tardofranquismo como Arriba (1967), Mundo Diario, Mundo y El Alcázar (1966) cuando aún pertenecía el grupo PESA. De esta época inicial se conservan menos originales, aunque son muy significativos.
En 1967 comienza su fructífera colaboración diaria con Ideal de Granada, que se intensifica en los setenta y que le supondrá un gran reconocimiento que le dará acceso a otras publicaciones de carácter nacional. La colaboración durará quince años, de 1967 a 1982. A partir de 1969 publica también en Asturias Semanal.
Se conservan unos 1.500 originales.
Segunda época: Comienza la Transición (1975-1982)
Ya instalado en Madrid, Martínmorales se alinea con los medios y las nuevas revistas de humor que aprovechan el derrumbe de la dictadura y sus prohibiciones para reivindicar las libertades democráticas. Junto a otros miembros de su generación como Perich, Máximo, Andrés Rábago, Peridis o Forges, publica en ediciones de nuevo cuño como Por favor (de 1976 a 1978), El Jueves (desde 1977 y hasta 2000); colabora en la última y breve etapa de La Codorniz que arranca y acaba en 1978 y, en particular, en Interviú, a cuya redacción se incorporó desde su salida en 1976 y donde permaneció hasta 2010. En 1978 comienza su relación con El Periódico de Cataluña que se mantendrá hasta 1993.
Se conservan unos 3.000 originales.
Tercera época: Se aprueba la Constitución (1982-1996)
En los años anteriores a la aprobación de la Constitución, Martínmorales es víctima de decenas de denuncias por sus dibujos que exploraban los límites de la tolerancia de los supervivientes del franquismo y los jueces. Aunque la amnistía de 1977 canceló todas las demandas que arrastraba por poner a prueba la libertad de expresión, Martínmorales debió de comparecer en decenas de juicios civiles y militares.
Colabora en El País y mantiene las ya iniciadas en la revista específicamente de humor. Tras el cierre de La Codorniz amplía sus colaboraciones con otras revistas del Grupo Zeta. Comienza los dibujos de mayor formato a la vez que ensaya otras técnicas como la acuarela en publicaciones como Interviú y el semanario Tiempo, donde colabora hasta 1993.
Tras interrumpir su colaboración con Ideal, envía sus dibujos a Diario de Granada, el primer periódico que apareció en la ciudad tras el fin de la dictadura. La colaboración dura desde 1982 hasta el cierre de la cabecera en 1986.
Es su etapa más prolífica que coincide con la victoria del PSOE en 1982. En 1987 empieza a publicar sus viñetas de gran formato en Panorama.
Se incorpora a El Periódico de Cataluña en 1978: la relación durará hasta 1993.
Dibuja en El Faro de Motril desde comienzos de los noventa.
Se conservan unos 6.000 originales.
Cuarta época: ABC, Estrella digital, La Clave… (1996 a 2010)
Las colaboraciones del último periodo abarcan las tiras en Abc, donde Martínmorales convive durante años con otro maestro del humor, Antonio Mingote, los dibujos de Interviú y en Estrella digital. En 1997 obtuvo precisamente el premio Mingote. Sus colaboraciones diarias en la etapa final ensayan otras técnicas, como el dibujo digital. También colabora en la revista La Clave, de José Luis Balbín (de 2001 a 2008)
Se conservan unos 5.000 originales.
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