Genocidio, viñeta del 14/10/2023 en CTXT
Este nuevo capítulo de lo que los medios llevan décadas llamando "conflicto" empezó el sábado 7 de octubre alrededor de las 6.30 a.m, hora local (11:30 p.m. del viernes día 6) cuando empezaron a caer en Israel los primeros cohetes que se disparaban desde Gaza.
Poco más tarde, militantes armados del grupo yihadista e islamista Hamás entraban a fuego por el sur desde de Gaza en una operación aérea y terrestre que llamaron "Tormenta de al-Aqsa". De camino, pasan por un festival de música al aire libre asesinando a gente sin contemplaciones y llevándose a otros como rehenes.
El resto ya lo saben porque las terribles imágenes han recorrido el mundo y para muchos es el único detonante de la catástrofe humanitaria (una más de muchas sucedidas en la zona desde hace décadas). Muchos medios contaban la historia de los asesinatos y secuestros como si la zona fuera en un remanso de paz hasta que se produjo el ataque de Hamás.
Benjamin Netanyahu anuncia que el país está en guerra y que prepara una inminente incursión. A partir de aquí, como en todo cirio de este tipo, se suceden las noticias a tal velocidad que ya no hay humano capaz de digerirlas. Esto no sirve ni como resumen porque entre una y otra pasaron muchas más cosas.
El ministro israelí de Energía, Israel Katz, anuncia también que cortan el suministro de electricidad, agua y combustible a Gaza hasta que Hamás no devuelva a los rehenes. Todo esto dificulta aún más el acceso a la salud, los alimentos y las comunicaciones. La primera fase del castigo a los civiles se ponía en marcha.
En un primer momento, Israel "recomienda" (obliga bajo amenaza de muerte) a la población civil de Gaza a que abandone la zona al tiempo que los bombardea a saco cargándose tanto a los que intentan huir como a los que aún permanecen en sus casas.
Más tarde, en un supuesto acto "piadoso" ampliaría unas horas más el plazo para evacuar, eso sí, sin dejar que masacrarlos. Mientras, la maquinaria de propaganda sigue funcionando a todo gas para que el resto del mundo dé por bueno el genocidio.
La situación se agrava por la falta de medicamentos y porque los hospitales se quedan en la zona a evacuar. Israel lo tiene claro, no quiere testigos y da a Médicos sin Fronteras siete horas de plazo para evacuar el hospital Al Awda en la Franja de Gaza.
Otros testigos incómodos que van cayendo son los periodistas. Siete periodistas han sido asesinados en siete días en Gaza y Líbano mientras realizaban su trabajo. El Gobierno de Israel tampoco es que nunca se haya escondido mucho a la hora de liquidarlos.
La evacuación al sur hacia la frontera con Egipto de casi 1,1 millones de personas, aproximadamente la mitad de los habitantes, es prácticamente imposible y una condena a muerte. Y muy probablemente también puede ser la excusa para desalojar a la población sin posibilidad de retorno
El presidente palestino, Mahmud Abbas, rechazó el desplazamiento masivo y forzoso de palestinos en la Franja de Gaza, y lo comparó con el exilio de 1948, ordenado por el ejército israelí porque "sería una segunda Nakba ("catástrofe" en árabe) para nuestro pueblo", dijo a la agencia de noticias palestina Wafa.
Mientras tanto, aquí, muchos sociópatas justifican un genocidio más que anunciado tirando de los clásicos de la propaganda israelí, ya saben, todos los palestinos son culpables y ejercen de escudos humanos y "se lo merecen", etc. Una vez más, para Israel, la estrategia es normalizar la deshumanización engordando la idea de que cualquiera en Palestina ya no es una persona, todos pasan a ser nazis o "animales".
El odio hace su trabajo y cala hasta en aquellos que deberían defender los valores de esa Europa humanitaria que promulgan.
Para muestra, dos botones. Aunque hay muchos más.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, decidió ir corriendo a visitar Israel y apoyar a Netanyahu con declaraciones contrarias a la postura oficial de la UE.
Y ahí tienen a Javier Lambán, diputado y secretario general del PSOE de Aragón, que inventa los genocidios legítimos y democráticos y le arrima el comodín del antisemitismo. Este será el único retrato que dejará el miserable de Javier para la historia.
Capítulo aparte merecería la estrategia del PP de vincular al Gobierno de España con Hamás, pero, claro, de este partido que actuó como una organización criminal ya no sorprende nada.
En distintos países europeos (en España también) se reprime a los que se manifiestan contra el genocidio e incluso se detiene y/o apalea a gente por portar una bandera o llevar un pañuelo palestino, como en Alemania. Esto no ha impedido que las protestas hayan congregado a multitudes en distintos lugares.
Poco a poco, van reculando ante la escalada y respuesta de la sociedad, pero siempre con la boca pequeña y sin condenar ni sancionar a Israel (que tiene carta blanca para bombardear cualquier país a placer) para no incomodar al genocida y anuncian que doblan y triplican el presupuesto de ayuda humanitaria para Gaza.
Podría, y quizá debería, escribir otro rato porque muchos detalles importantes se quedan enterrados, pero lo dejo por aquí. Cuídense mucho de todos aquellos que sólo vean un ataque terrorista en esta historia.
