
En la imagen, la A que murió a yemazos.
Hace aproximadamente dos años volví al teclado mecánico y me pillé este de gama media, pero con ínfulas de alta. Durante este tiempo le he metido una tralla importante y se ha comportado bastante bien, soy de los que gusta del aporreo firme.
Curiosamente, sólo una tecla ha terminado completamente borrada, la A. Otras sólo tienen pequeñas pérdidas de lo negro por los filos y aún aguantan varias andanadas de hostias.
En su día pregunté a un par de colegas y al menos a dos se les ha terminado borrando esta letra. A uno de ellos también en un teclado Drevo. Alguna explicación tendrá. Les juro que le pongo las mismas ganas que a cualquier otra. Supongo que será sólo por aquello de que la A aparece en más palabras que el resto de letras.
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Lo de la barra espaciadora fue un accidente. Ahora tiene un pequeño cráter. Podría decirles que se quemó con la punta del soldador, pero les mentiría. Recuerden no fumar ni poner recipientes con líquidos en la mesa donde tienen el ordenador.

Me sumergí en el apasionante mundo de los «Keycaps«, en su traducción más literal «tapas de tecla». El plasticucho que encaja en el interruptor. Una tecla, vaya.
Tenía que buscar repuestos y en dos tardes hice un máster en calidades, perfiles y tamaños.
Hay teclas baratas de risa y caras de quitar el hipo. De plástico ABS o PBT, de metal, de madera, imitando ladrillo, de resina con figuritas dentro (incluso con agua y nieve), de cristal y de casi cualquier material. Además, se fabrican con multitud de símbolos y formas, de mini ordenador, de gatitos, de trozo de queso, de calavera o de personajes de juegos.
Es fascinante. Hay de todo. Si puede imaginarse, puede convertirse en una tecla.
Si algún día me hago con una impresora 3D, será sólo para imprimir algunas teclas de diseños locos que se me ocurrieron viendo otras propuestas artesanales muy guapas y únicas que he encontrado por ahí.
Pero ahora buscaba teclas convencionales negras. Así que recurrí a la marca, pero el fabricante no vende piezas sueltas ni juegos completos de las teclas originales de ninguno de sus modelos. Después de rebuscar y encontrar las que parecían menos distintas, compré 104 teclas ABS negras OEM retroiluminadas. Salieron por el módico precio de 14 euros en ese popular colmado chino a riesgo de recibir piezas mal terminadas.
Créanme, son muy baratas Hay teclas personalizadas artesanales (sólo una pieza) que cuestan mucho, pero mucho más que cinco kilos de estas económicas sin marca.

Finalmente llegaron y, como se esperaba, la calidad del embalaje se ajustaba a lo pagado. Viajaron en un blister grapado envuelto en un simple plastiquillo, pero sin desperfectos pese a haber recorrido más de 9000 Km.




Me sorprendió la calidad porque no esperaba nada excepcional. Ya me había hecho a la idea de que iban a ser bastante reguleras y que, a las malas, siempre podría devolverlas y probar con otras.
La tipografía es ligeramente más pequeña y fina que la de mis teclas y en algunas no han dejado margen alguno a los lados para que respiren. También hay cosas raras como estas G impresas con un giro de 180º.

Por lo demás están bien. Tienen el mismo grosor que las que uso. Con la impresión en la parte superior, donde iluminan los interruptores y aunque algunas piezas parecen un poquito más bajas y otras más anchas, posiblemente esa diferencia no llegue a 0,5 mm. Algo inapreciable una vez colocadas.
Ahí pueden apreciar el tamaño con algo más de detalle, a la izquierda la nueva y la vieja desaparecida en combate a la derecha.



Las nuevas no tienen travesaños de refuerzo en las teclas pequeñas, pero sí en las más grandes como la barra espaciadora, el shift, CTRL, ALT, backspace o enter (que viene en dos formatos, rectangular y en L).
Una vez colocada, salvo por la diferencia en el diseño y tamaño de la fuente (que no me provoca ninguna emoción negativa), no se aprecian otras diferencias. Tampoco en el tacto.
Esta A fue completamente visible aproximadamente durante un año y medio antes de empezar a gastarse, ya veremos lo que aguanta la nueva.

En cuanto a la barra espaciadora, que era firme candidata a no encajar bien, tampoco ha habido problema más allá de tener que apretar un poco más de lo habitual para que entrara.

Arriba la vieja con la cicatriz que le dejó el cigarro y abajo la nueva.



Y así luce la barra, lista para encajar diez millones de nuevos golpes.
El resto de teclas tendrá que esperar su turno de apaleamiento en una bolsa.

Ya puestos, he pillado un juego de 9 teclas rojas por 3,74€ por aquello de tener otra A de repuesto.



Estas rojas, aunque la impresión está un poco más desplazadas hacia arriba sí son de un tamaño más parecido a las originales, pero sólo las venden en rojo, naranja y blanco.

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Eo, Julián, pues sí. Tiene toda la lógica, aunque no uso todos los dedos es cierto que tengo también el meñique siempre por ahí. En principio pensé que el desgaste era porque AWSD son las teclas habituales de movimiento de los juegos, pero no era normal que sólo se gastara una cuando se usan las cuatro casi por igual.
Esto creo que es como lo de los zapatos, cada cual los rompe por un sitio según sus andares.
Nota; no conoces mi poderoso golpe de fricción :P
Hola,
Pues el «misterio» de la letra A quedaría aclarado teniendo en cuenta que es donde suele reposar el meñique de la mano izquierda mientras no estas escribiendo, y además cuando se escribe es donde se suele mantener el contacto con el meñique para no perder la situación general de la mano respecto al teclado. ¿Podría ser?
Podríamos concluir este estudio con que las teclas no se borran tanto por «golpearlas», sino por friccionarlas.