A piñón fijo

Sin comentarios

Tiempo de lectura Se lee en: 6 min, 32 s
Número de palabras Palabras: 1211
Número de visitas Visitas: 10
Seleccionar idioma
A piñón fijo. Genocidio

A piñón fijo. Genocidio. Viñeta del 15/09/2025 en CTXT

El domingo terminó La Vuelta y, como era de esperar, los organizadores tuvieron que cancelar la etapa final por las protestas contra la participación del equipo Israel-Premier Tech y el genocidio de Israel en Gaza. Según la Delegación de Gobierno en Madrid, en las protestas participaron unas 100.000 personas.

El que tampoco terminó la carrera fue Óscar Guerrero, director deportivo de Israel Premier Tech que, según los medios, habría abandonado la competición hace algunos días, aunque la noticia se dio a conocer más tarde.

Los enfrentamientos políticos salchicheros se iniciaron antes de la celebración de la última etapa tras unas declaraciones de Pedro Sánchez, que mostró "respeto" por los ciclistas de la Vuelta y "admiración" por la movilización por Palestina. Incluso llegando muy tarde y suave para posicionarse con algo de contundencia a favor de cortar alguna relación con Israel en cualquier ámbito, con un par de palabras ha conseguido arrimarse algunas ascuas de última hora a su sardina provocando las pataletas de las derechas y la contestación de Israel en boca de su ministro de Exteriores, Gideon Saar, que dijo: "Sánchez y su Gobierno: ¡vergüenza para España!".

Con todo, pese a que se vio un esperado despliegue policial potente, con blindados BMR, helicópteros y unos 1500 agentes y que algunos de sus muchos sociópatas peligrosos se empeñaron a fondo para apalear gratuitamente, los sindicatos policiales denunciaron que se les había impedido garantizar la seguridad de la etapa por "conveniencia política".

Tras semanas discutiendo sobre la chorrada de que no se puede puede mezclar deporte con "política" y criminalizando las protestas contra el exterminio de la población y en defensa de los derechos humanos en Palestina, desde el Partido Popular dejaron titulares que les perseguirán para siempre.

Una de esas páginas vergonzosas la escribió el indigente mental de José Luis Martínez-Almeida, que negó la existencia de un genocidio en Palestina con los argumentos más bajunos y propios del inane intelectual promedio y siguió de gira por los medios repitiendo la misma basura.

Para Almeida no hay un genocidio en Gaza "porque el genocidio fue el del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial".

Hay que ser muy mala persona o muy paleto, o ambas cosas, para negar el exterminio sistemático de la población civil de Palestina donde ya han sido asesinadas más de 63.000 personas, (28 niños cada día), y donde un cuarto de millón están en riesgo de desnutrición por la hambruna provocada y usada por Israel como arma de guerra y encima intentar hacernos creer que el genocidio es solo una palabra que no aplica. O peor aún, una suerte de marca comercial en propiedad exclusiva de Israel y que por ello no se puede reproducir en otro tiempo y/o contexto. Absurdo, se mire por donde mire.

Después corrió a victimizarse para asegurar que estaba sufriendo acoso en redes tras afirmar que en Gaza no hay un genocidio. Quizá habría que haberlo mandado a la franja inmediatamente para que hubiera podido comprobar en sus propias carnes el verdadero significado de acoso y que poder contemplar el genocidio en toda su magnitud.

Isabel Díaz Ayuso, otra que no puede pasar dos segundos sin decir una chorrada de la que todos los medios dará buena cuenta, volvió a tirar del comodín del antisemitismo. Nada nuevo, lleva años con la cantinela. Además, amenazó con tomar medidas legales contra los participantes de las protestas. La trumpita siempre deja ver su ramalazo marcial, que aplicaría si pudiera.

Mientras tanto, en otros ámbitos como la cultura se empiezan a ver gestos mucho menos suaves, así, un festival belga canceló a la Filarmónica de Múnich por “la ambigüedad sobre la guerra” de su director de orquesta israelí.

A grandes rasgos, así está el asunto. Muchos otros seres despreciables han dejado declaraciones inmundas que prefiero no reproducir. Crecen las protestas y veremos muchas más, pero los criminales que deciden arrojar las bombas y exterminar a la población usando todo tipo de actos salvajes y los que tienen la potencia de respuesta necesaria para impedirlo siguen sin chocar de verdad.

Exterminio y destrucción total

Israel sigue intensificando los ataques en Ciudad de Gaza y ya se habla de que ha dejado sin techo a unas 6000 personas como parte de la campaña de demolición sistemática de edificios de todo tipo. Israel bombardea las principales torres de edificios de Ciudad de Gaza bajo el pretexto de que en ellos y en sus alrededores se refugian los principales focos de la resistencia palestina. Para ello aportan, como siempre, cero pruebas o evidencias. Ni falta que les hace porque nadie se las exige.

Para que se hagan una idea del impacto de la destrucción en la zona, vean las imágenes del antes y el después de los barrios que han quedado completamente arrasados en los últimos meses.

Ahí tiene usted las cifras estimadas según Al Jazeera. Israel sigue arrasando barrios enteros en Gaza, que antes de la guerra tenía 2,3 millones de habitantes. Israel ha matado o herido a más del 10 % de la población, mientras que ha obligado al resto a desplazamientos masivos constantes.

A piñón fijo 1

Israel está demoliendo los rascacielos de la ciudad de Gaza, arrasando manzanas enteras que antes eran el hogar de miles de personas. La Defensa Civil Palestina ha declarado que al menos 50 edificios de varias plantas han sido destruidos en las últimas semanas, mientras las fuerzas israelíes continúan su asalto a la ciudad, todo ello en medio de una ola de desplazamientos forzados. La gente está saliendo de la ciudad de Gaza hacia las el sur y centro de la Franja de Gaza. Sin embargo, algunos ya han regresado porque no han podido encontrar un lugar donde alojarse. No existe un lugar seguro al que huir.

Algunos barrios han sufrido una destrucción casi total. Solo en la zona de Zeitoun, en la ciudad de Gaza, más de 1500 viviendas y edificios han sido destruidos desde principios de agosto, dejando partes del distrito sin ningún edificio en pie.

Esto no es una guerra, nunca lo ha sido. Tampoco es algo que empezó el 7 de octubre de 2023 como si antes la zona fuera un remanso de paz, como nos quieren hacer creer desde los medios donde se blanquea a los asesinos a diario. Es un genocidio planificado al milímetro que empezó hace décadas e incluye casi toda la paleta conocida de los actos más brutales y probablemente también otros aún peores que ni imaginemos aún.

Relacionado / Los ganadores de La Vuelta

Donar

Artículos relacionados



Repositorio de documentales sobre dibujantes de cómic y humor gráfico.

Tontolares. Los titulares más gilipollas de la prensa. Envía los tuyos

Deja un comentario

Este blog se aloja en LucusHost

LucusHost, el mejor hosting