De repente, un apero
"El apero" es la forma coloquial de denominar a la caseta para guardar los aperos de labranza. Estas construcciones rurales están obligadas a cumplir una serie de especificaciones que suelen contemplarse en el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) de cada localidad aunque quién finalmente aprueba, o no, su construcción es el gobiermo autonómico.