50 años

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50 años

50 años. Viñeta del 20/11/20025 en CTXT

El pasado 20 de noviembre se cumplieron 50 años de la muerte de Franco. Ese día no pasó nada especial. Según hemos podido confirmar a través de fuentes de toda solvencia, el dictador sigue muerto.

En cuanto a las movilizaciones del 20N de este año, las de siempre. Los cuatro gatos de rigor y sus cinco banderas con pollo.

La única novedad de esta efeméride (más bien efemierdide) es que el del culo blanco entregó la mochila, cómodamente en la cama y rodeado de una legión de médicos, hace medio siglo. Y nos gustan las cifras redondas. No ayudan a hacer cuentas rápidas.

Pollos

A los medios le vienen muy bien este tipo de titulares conmemorativos. No hay ninguna diferencia entre el 49, el 50 o el 51 aniversario de la muerte de Franco, pero la fecha redonda parece más histórica. Unos medios plantean esas "conmemoraciones" como un simple trámite de andar por casa y otros se entregan a la exaltación, glorificación y romantización del franquismo con más o menos pasión evidente o velada.

En la última década hay cierta rutina en las redacciones de los medios de masas, muchos de ellos partidarios de "la cultura de misas" (Perich dixit), que convierte estas fechas en una excusa para inventar corrientes que no existen.

El País está entre esos medios que algunos ingenuos siguen creyendo que son progresistas (dejen de engañarse, todos los grandes medios "tradicionales" son más de derechas que el padre de Supermán). El País ocupa un puesto destacado en eso de inventarse y/o promocionar "tendencias" en muchos casos, basadas en dos o tres anécdotas mal contadas y en muchos otros casos hasta bautizándolas con mombres gilipollinglish.

Como ejemplo, ahí tienen el puto clásico del "coliving" del que El País decía era "nueva tendencia" en 2019 (y mucho antes) y en 2025 vuelven a presentarlo como "nueva tendencia".

Pues coincidiendo con el aniversario del medio siglo del espiche del dictador, en lugar de hacer un especial bonito sobre lo que supusieron cuatro décadas de dictadura, salen con esto.

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Fuente: El País

Quizá usted podría preguntarse qué quieren decir con eso de un "régimen autoritario". Pues deje de hacerlo porque lo ilustran con la foto de "El Cerillita". Si pretendían un planteamiento crítico de estos datos, no queda ni rastro en el planteamiento del titular. Lo que me extraña es que no lo hayan titulado "Franquismo, la nueva tendencia que causa furor entre la juventud".

"Nostálgicos" jóvenes

Cuando murió Franco yo era un crío que ya levantaba el pecho por encima del hule de la mesa del salón. Cuando sucedió el golpe del 23F del 81 ya me había hecho más de una maniobra orquestal en la oscuridad. Lo que más recuerdo de aquel día es a mis abuelos asustados haciendo planes de evacuación y rememorando cosas que se me antojaban aterradoras que apenas entendía. Y si ellos se preocupaban así es que pasaba algo chungo.

Crecí en ese tránsito tonto, espeso y en apariencia interminable del franquismo al postfranquismo. Tiempos llenos de apologías tibias y no tanto. Sin entender bien aún a aquellos que arrastraban el miedo y decidían "no señalarse". Poco tiempo más tarde entendí que el sedimento que había dejado el franquismo no se iría abriendo las ventanas. Algunas mierdas iban a necesitar décadas de gente convencida y decidida de aplicar espátula y Zotal para arrancarlas.

Décadas después se vuelve a llamar "nostálgicos" a los franquistas, como dándoles una pátina sentimental, blandita y revisionista. Incluso muchos lechones que no quieren escuchar a sus mayores, ni bucear en su historia reclaman el olvido. Y que sigamos mirando a otro lado como acto de modernidad al tiempo que otros creen que lanzar proclamas franquistas y poner el Cara al Sol en un tonti vídeo de Tik Tok es el nuevo "Punk".

A todos estos chavalines, intoxicados por los bulos y las chorradas "patrióticas reaccionarias de simpatizantes, partidarios o militantes del PP, VOX y otras formaciones y grupúsculos satélite, que dicen que hoy vivimos en una dictadura, me hubiera gustado haberlos visto viviendo en aquella dictadura real, privados de su derecho a la libertad de expresión y de cualquier otro derecho civil y de todas las conquistas sociales rascadas a pulso de las que disfrutamos hoy.

Malditos sean mil veces todos estos hijos de mil hienas que contribuyen a blanquear la figura de un asesino que se hartó de firmar sentencias de muerte entre siesta y siesta y que sumergió el país en un profundo pozo de retraso social y cultural que nos aisló del mundo.

Chotearse de Franco, de su vida, muerte, o cualquier otra acción de rechazo y desprecio del franquismo es un derecho fundamental, se lo debemos a todos los que no pudieron hacerlo en su día. Ni eso ni nada. Es un saludable ejercicio de reivindicación de la memoria. Muchas de esas personas siguen por ahí tiradas en una cuneta como muestra permanente de una de las mayores vergüenzas de la historia de nuestro país.


Pero para que los fachas de corazón no se molesten, debo admitir que ese que lo dejó "todo atado y bien atado" hizo algo bien. Lo mejor, y único bueno, que nos dejó fue su muerte. Tardía y en la más absoluta impunidad, motivos más que suficientes para no dejaros pasar ni una de vuestras apologías de mierda.

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