Evolución del debate político
Viñeta del sábado 19/05/2018 en CTXT
Parece que fue hace mil años, pero no hace tanto que desde Podemos se pataleaba porque los medios ninguneaban la información sobre el partido, sus logros y virtudes. No era del todo mentira, aunque mal empezaban sus seguidores que se enrocaban rechazando toda autocrítica y viendo ataques descarnados en cualquier opinión discordante.
Tampoco hace tanto que algunos se arrogaban, de una forma más o menos subliminal, como sucesores y fruto del 15-M, pero sobre eso ya escribiré otro rato.
Mientras tanto IU se iba dejando absorber con el argumento de la inevitable confluencia que creyeron ganadora.
Casi al tiempo, nos dejamos llevar por el casquerío infantil del zasca. Se normalizó la guerra del erreté. La politiclic ya era lo chuli.
Luego vino el empacho de visitas a la Sexta, esa cadena atrapatodo de locuciones dramatizadas y vociferío permanente y el paseíllo por revistas de moda y tendencias.
No hay punto medio, nunca lo hubo, lo normal es pasar de las entrevistas y reportajes amables, ñoños y complacientes de la política del corazón al despiece sin contemplaciones.
La llegada de Podemos al Congreso normalizó aún más las chorricias, cualquier gesto era diseccionado y desmenuzado para alegría de contertulios y aporreantes de tecla. El plató de las voces se trasladaba al Congreso.
De los mil reportajes estomagantes sobre el lado humano de Iglesias con todo tipo de detalles irrelevantes sobre sus cositas personales a una guerra abierta contra "Indas y Marhuendas" como enemigo único. Es lo que tiene apostarlo todo a los titulares en el casino de las anecdoticias y los tontolares.
Y sí, también hay prensa mierder, mucha y con demasiada atención y difusión no merecida.
Política Pop
Así supimos donde compraba Pablo las camisas, el nombre de su mascota, la música que escuchaba, las series que veía y toda la nadería chismológica habitual que tanto nos gusta usar como argumentos centrales en nuestros debates de tasca, risa y meme.
Pero no hay juguete político que aguante tantas semanas en cartel, los medios no tardaron en buscar repuesto de refresco.
Los politólogos, sociólogos, periodistas y espontáneos de la todología siguen empeñados en demostrar que la nueva política es esto. Resulta difícil no tener la sensación de estar asistiendo a un reality chusco que a muchos les impide diferenciar entre política y espectáculo guionizado por la productora del think tank de turno. Una carrera absurda para conseguir una buena posición en el podio del zapping.
Y llegó el chalet y con él el plebiscito. Las bases aprobarán la dimisión o autorizarán la retirada de Pablo e Irene. Permirirán que los hipotecados puedan evitar decidir sobre si es coherente que las incoherencias en el relato sigan siendo lo normal
El circo de los tópicos seguirá de gira con sus actuaciones de siempre. Y la matrava de si el voto de pobreza de la izquierda impuesto por la derecha, que si las mil izquierdas. Que si los comunistas "ricos" (¿comuniscualo?). Que si la abuela fuma.
España cansa y nos vamos a hartar de chalet.