Lo han hecho
El canon que finalmente pagaremos todos. Crónica de un robo (con insulto) anunciado
La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) es una entidad de gestión colectiva de derechos de autor española. Funciona como una asociación privada que defiende y administra los derechos de propiedad intelectual de sus socios, autores y editores de obras musicales, dramáticas, coreográficas y audiovisuales. En esencia, la SGAE se encarga de licenciar el uso de estas obras y recaudar las tarifas correspondientes, para luego distribuirlas entre sus miembros según los criterios establecidos. Su función principal declarada es proteger y garantizar la remuneración de los creadores por la utilización de sus trabajos.
La SGAE tiene una larga historia en España, remontándose a finales del siglo XIX. Fue fundada en 1899 como la Sociedad de Autores Españoles (SAE), con el objetivo de defender los intereses de los creadores de obras literarias y musicales. A lo largo del siglo XX, la SAE evolucionó y se consolidó, ampliando su ámbito de actuación y adaptándose a los cambios tecnológicos y legislativos. En 1995, adoptó su nombre actual, SGAE, y se convirtió en una de las principales entidades de gestión de derechos de autor en España y Latinoamérica.
La SGAE ha sido señalada y criticada en numerosas ocasiones, debido a sus políticas de gestión de derechos, las tarifas que aplica y su opacidad. Las críticas han venido de diversos sectores, incluyendo usuarios de Internet, empresas tecnológicas y otros agentes culturales. Se le acusa, entre otras cosas, de defender un modelo de negocio obsoleto, de dificultar el acceso a la cultura y de beneficiar desproporcionadamente a unos pocos socios en detrimento de la mayoría.
En 2024, el "caso de la SGAE" se cerró con un condenado, Pedro Farré, responsable de relaciones corporativas de la SGAE, a dos años de cárcel por pagar 40.000€ en prostíbulos con la tarjeta de la sociedad.
Los nueve detenidos durante la investigación a la SGAE fueron absueltos, también su presidente, Teddy Bautista, y Rodríguez Neri.
El canon que finalmente pagaremos todos. Crónica de un robo (con insulto) anunciado
Tienen a sus secuaces de gabardina apostados en cada verbena , en cada feria, en cada esquina, cobradores que trincan se celebre el sarao o no, aunque la entrada la hayas pagado tú. Tienen sus tentáculos controlándolo todo, desde la costa oeste, hasta los suburbios. No hay muelle o prostíbulo donde "se toque"