Tarjetas black

Se denominó "Tarjetas Black" a las tarjetas de crédito opacas y no declaradas que fueron utilizadas por directivos y consejeros de Caja Madrid y posteriormente de Bankia. Estas tarjetas permitían a sus poseedores realizar gastos personales sin que estos fueran justificados ni fiscalizados adecuadamente, generando otro caso más de corrupción con 65 acusados y en el que estuvieron involucrados desde empresarios a políticos de PP, PSOE e IU y sindicalistas.

El origen de estas tarjetas se remonta a los años 80, pero su uso se intensificó durante la gestión de Miguel Blesa al frente de Caja Madrid. El sistema permitía una asignación mensual de dinero a los directivos, quienes podían gastarlo sin necesidad de rendir cuentas a la entidad ni declararlo a Hacienda. Esta práctica se mantuvo hasta 2012, cuando estalló el escándalo.

Las primeras referencias públicas sobre las "Tarjetas Black" surgieron a través de investigaciones periodísticas que revelaron la existencia de estas tarjetas y los abultados gastos realizados con ellas. La publicación de los nombres de los beneficiarios y los montos gastados desató una gran indignación social y provocó una investigación judicial.

La Audiencia nacional fijó las penas más elevadas para los dos expresidentes ejecutivos Miguel Blesa (seis años), de Caja Madrid y Rodrigo Rato (cuatro años y seis meses), de Bankia.

Las "Tarjetas Black" sigue siendo un símbolo de la corrupción y la falta de transparencia en el sector financiero español. Aunque los responsables han sido juzgados y condenados, el caso ha dejado otra cicatriz gorda en la credibilidad de las instituciones bancarias y financieras.