Big Four. Viñeta del 21/01/2022 en CTXT.
Pues eso, que Trabajo inspeccionó a las denominadas Big Four, la visita ha sido batizada por los medios como "redada" y "macrodedada" (confirmando, supongo, que se visitó a delincuentes). Iban a por la explotación laboral y a controlar las jornadas interminables de los que allí trabajan y para cazar las horas extra no pagadas. En España, el 49% de las horas extra no se pagan.
Al parecer, la inspección ha visitado a las empresas Deloitte, EY, KPMG y PwC, las cuatro grandes del sector de las auditorías y las consultorías.
Nada nuevo bajo el sol, la anomalía es que no se produjeran inspecciones mucho antes y más a menudo.
Esto ha escandalizado a esos que se dicen liberales, entre ellos a unos cuantos economistas lacayos.
Ahí tienen a Daniel haciendo un sesudo análisis churramerinístico de la situación laboral y a Ramón, ese que ralla, asegurando que lo de cobrar un sueldo y pretender que se cumplan las leyes en materia laboral no es compatible. No puede ser. Por lo que sea. Si buscan ese artículo, que no pienso enlazar, encontrarán otra sarta de cacicadas por el estilo.
Y como estas, hay muchas otras opiniones coincidentes de tarugos que creen que las empresas pueden decidir a su libre albedrío cómo cagarse en el estatuto de los trabajadores y en cualquier otra norma o ley y que están legitimados para ello siempre que el empleado acepte cualquier pisoteo de sus derechos porque le pagan dos duros más.
También se habla de que estos empleados engominados a los que se les inculca lo de la mentalidad de tiburón, reciben "formación" exclusiva y de calidad. Y claro, eso no es gratis, como mínimo tendrán que dejarse el alma y salud en la oficina a cambio. En fin, todo el repertorio del ultracapitalista sociópata sin escrúpulos para adornar la promesa de la ascensión meteórica a los cielos del éxito y la abundancia.
Los inspectores ya podrían pasearse por otros otros gremios, dicen algunos apuntando incluso a los trabajadores de los ministerios. Ese es el fondo de armario de los neoliberales enfurecidos, como si su explotación fuera menos peor porque patatas. Pero sí, hay muchos negocios funcionando con falsos autónomos, como por ejemplo los medios de comunicación.
Y aunque nunca serán suficientes inspecciones porque no se trata de tres o cuatro explotadores asilados, ya se inspecciona algo más. Las investigaciones de Inspección de Trabajo regularizaron a 40.000 falsos autónomos en el sector de la repartuza durante 2022, según el Ministerio es la cifra más alta de la historia.