Black Friday
Hace días que andamos intentando capear la turra del Black Friday, que cada año se adelanta y estira un poco más. Ya falta menos para que las ofertas de Navidad vuelvan a anunciarse otra vez en febrero. Lo que en principio se presentó como un viernes de dejarse los cuartos en ofertones de productos supuestamente tecnológicos se ha convertido en tres jornadas de insistentes llamadas al comprar alargando las llamadas a las compras hasta el domingo.
De propina se añade un cuarto día, el lunes, también para gastar a manos llenas comprando por internet, lo que llaman el Ciber Monguer (Ciber Monday). Sólo falta que Hacienda se arrime al Black Friday porque ya no hay sector que no se apunte, desde inmobiliarias hasta funerarias cuelgan cartelones de ofertas de viernes negro en su puerta.
Y ojo con no caer en uno de los muchos timotruquis disfrazados de oferta con precio engordado y luego rebajado que terminan siendo superiores al habitual o chollazos que esconden el IVA o que luego te tajan lo que sea por cualquier concepto extra obligatorio que no reflejan en la publicidad.
En 2017, un par de estudios confirmaron lo que pocos dudaban. Los grandes comercios tecnológicos online de España subieron los precios semanas antes del supuesto gran día de los descuentos. Apenas uno de cada diez productos se puede ver más barato estos días que en el mes precedente, mientras que cuatro de cada diez están más caros.
Sea como sea, con el panorama de la crisis relacionada con la pandemia, este año se lee que la OCU estima que el 70% de los españoles no comprará nada en el "Black Friday".