Coronavirus, diario de supervivencia. Día 28
Día 28. La curva. 6 de abril de 2020 |
Día 23 de confinamiento, creo. Me apliqué el consejo que venía dando a amigos y familiares. Reservé unas vacaciones mentales de 48 horas de televisión desenchufada y resto de machaques de anecdoticias de actualidad silenciados. He marcado muy pocos objetivos, uno de los más importantes era no perder el humor. Por ahora me conformo con que el mal humor que vaya incubando no sea demasiado malo.
El Gobierno pedirá al Congreso una segunda prórroga que se extenderá desde el 12 de abril hasta las 12 de la noche del 25 de abril. No se prorrogará la paralización de las actividades no esenciales más allá del plazo fijado inicialmente, el 9 de abril. Por lo demás, el estado de alarma seguirá como hasta ahora.
Hoy es ese día extraño e incómodo, aunque deseado, que obliga a no alegrarse con excesos porque es el cuarto día consecutivo que baja el número de fallecimientos. Aplanar la curva era la misión a sabiendas que no sería una caída brusca que reventara de una jodida vez el contador frío de muertes. Otra cifra triste es la de los profesionales sanitarios contagiados, que se acerca a los 20.000.
El único tema que he seguido estos días un poco ha sido el "desencuentro" de los medios, divididos en al menos dos grandes grupos, con el Gobierno y su política chapucera de comunicación en materia de selección, filtro y criba de preguntas de los periodistas en las comparecencias diarias.
La selección previa de preguntas grabadas apenas eran un pie para discursos eternos. La obvia imposibilidad de repreguntar ante rodeos discursivos o resolver nuevas dudas sobre la respuesta ofrecida dejaba una sensación nefasta de "control" y enlatado gubernamental de la que se supone debe ser la labor de la prensa.
Parece que ya hay un posible desenlace con algo parecido a una rectificación. Aún así, este es otro de los errores, que no el más grave, que el Gobierno debe apuntar en la lista de malas decisiones iniciales para cuando haya que rendir cuentas. Muy pocos están llevando bien este asunto de la comunicación, otros gestores tampoco lo están haciendo mucho mejor.
El primer día de la solución, ha sido un verdadero cacao.
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