Cosechadores de enlaces

Antes de nada dejar claro que este correo no lo he recibido yo. Me lo reenvía Fran J.Saavedra, periodista blogópata que ocasionalmente escribe sobre deportes y con el que acostumbro a cruzar  este tipo de propuestas raras  que envían  los cosechadores de enlaces para echarnos unas risas con ellos. Es por esto que he eliminado todas las direcciones.

Clic para engordar

La estrategia chusquera de bajo perfil más extendida y practicada para conseguir enlaces consiste en escribir correos solicitando un intercambio con blogs fururkus, aunque estos no tengan ni la más remota relación con la temática de los sitios del solicitante.

Pero estos del chusco existen desde hace décadas, sin embargo tengo la sensación que las población de nuevos cosechadores de enlaces, esos SEO´s más traperos,  ha crecido mucho estos últimos meses y  han ido acercándose, mal claro, al medio internet para intentar colar enlaces con nuevas estrategias, confieso que esta no la conocía.

Consiste en ofrecer artículos sobre fútbol para publicar en sitios que tengan alguna relación con el fútbol o el deporte en general con la única condición de que le permitas poner dentro de ese texto un par de enlaces a otro sitio donde el solicitante dice que «colabora», pero esos enlaces no son otra cosa que links a una muy conocida web de apuestas, es decir que trabaja para esta empresa o para un intermediario que le vendió posicionamiento.

Si bien la propuesta de este caso es sincera, incluso a alguno hasta puede parecerle interesante,  no tiene nada de ilegal y es menos intrusiva que otras, no esconde que su única finalidad es colocar esos enlaces y no colaborar aportando contenido. Cualquier cosa salvo pagar por su publicidad.

Tiene una intención puramente comercial, ni pasión por el deporte ni niño muerto, Es un ejemplo más de intento de disfrazar la publicidad en el contenido. Su objetivo es colar enlaces publicitarios sin pagar por ellos mientras cobra por maquillarlos,  porque estos palurdos siguen convencidos de que la mayoría de los que mantienen su  página son idiotas crónicos e irreversibles.

Puede parecer que tengo alguna animadversión oculta por  casinos y  sitios de apuestas deportivas, no es así, simplemente no me interesa lo que venden y mucho menos la forma que tienen de intentar confundir para venderlo. Son la parte caca del mundillo SEO.

Es curiosa la obsesión que tienen por intentar colar con calzador su spam, incluso llegando a «regalar» contenido para conseguirlo, también sospecho que de tener que escribir para muchos blogs esos artículos dejarán de ser tan «exclusivos» como promete.

Estas prácticas siempre me recuerdan al debate machacado en su día sobre los posts patrocinados y sobre aquellos que se venden por unas lentejas, una cerveza o un pin de Star Wars.

Tengo varios amigos que se dedican profesionalmente a esta actividad de escribir un determinado número (gordo)  de artículos (de calidad más que cuestionable por culpa del volumen y periodicidad)  sobre compañías aéreas, inmobiliarias, servicios financieros, etc…en siete mil blogs que ellos mismos han creado como tarea de engorde de contenido, llenándolos de enlaces que apuntan a los servicios de las empresas para las que curra.

Pero seamos realistas, si no consiguen mil millones de enlaces no hay resultados y no se pueden enterrar los resultados de la competencia en los buscadores, así que complementan su posteo en sitios propios dejando cada día  una cantidad importante de comentarios irrelevantes en blog ajenos y escriben en foros cualquier chorrada sólo por dejar el puñetero enlace en la firma.

Envían sus «noticias» a agregadores y redes sociales a gran  velocidad  para completar el bombardeo diario de enlaces. Es una práctica asumida como rutina laboral. Es su trabajo, sí, pero lo que queda es una cantidad gorda de spam que crece y crece.

Lo que sea para posicionar toda esa maraña de blogs y generar tráfico para su  cliente. Entiendo que en algo hay que trabajar, sin embargo siempre me ha parecido que su libro de estilo en el fondo es el de cualquier spammer.

La mayoría de ellos, por no decir todos, acaban admitendo que es un trabajo pesado, mal visto y en muchas ocasiones también mal pagado, por algo será.