Crisis de los cribados. Viñeta del 24 de octubre de 2025 en CTXT
En el Partido Popular celebraron ayer la última de las tres jornadas de su XVII Congreso Regional del PP andaluz donde el sonrisas fue reelegido líder del PP de Andalucía con un 99,95% de los votos. Estos saraos son el equivalente a que tu abuela te monte la fiesta de cumpleaños y sea la que tiene la última palabra sobre si eres el más guapo de la reunión.
Amén de la habitual recreación obligada de unidad, ya saben, el PP siempre ha sido una formación grande, libre y muy unida, y del ambiente festivo autofelatorio, Bonilla se presentó convencido de que renovará la mayoría absoluta en 2026.
Pero en la calle, las realidades que se intentan construir en estos actos de propaganda son otras. Mientras, Bonilla daba por zanjada la crisis de los cribados del cáncer mama porque el problema está solucionado "al 80%", miles de personas volvían a salir a las calles en Andalucía en manifestaciones masivas en las ocho provincias andaluzas en defensa de la sanidad pública y para protestar por el funcionamiento y la desastrosa gestión y degradación del sistema sanitario.
El sonrisas quiere enterrar ahora todas sus mierdas y que olvidemos la estrategia bajuna inicial de acusar a una asociación de mujeres con cáncer de mama de "hacer ruido" o de "no actuar correctamente" o que, en su día, En su día, Rocío Hernández Cobo, la ya "dimitida" consejera de Salud andaluza, pidió dejar la "manipulación" del sistema. Tras escuchar el testimonio de una mujer a la que le llegó el diagnóstico de cáncer dos años después, pasó a hablar de "tres casos o cuatro casos" para tildar a las víctimas de alarmistas.
Después, desplegaron una campaña sucia, con la complicidad de distintos medios afines, con el único objetivo de enfrentar a los pacientes con el personal sanitario y ganarse las simpatías del colectivo para presentar a las personas que manifestaban sus quejas y críticas como agentes "politizados" y agresivos en lugar de pacientes afectados por graves negligencias. Los peperos, tras la obligada disculpa inicial para salvar los muebles y apagar los primeros fuegos, le dieron una patada a la empatía y la tiraron por la ventana.
Entre los miles de casos había algunos que demostraban que la cosa era mucho peor de lo que pintaba y que el sistema tenía agujeros por todos lados. Así, empiezan a aparecer las pistas de los posible motivos que provocaron el caos en el asunto de los cribados.
Lejos de parecer una "anécdota" o un caso excepcional y aislado, que un hombre de Almería recibiera una carta del SAS citando a una mamografía a su mujer fallecida hace seis años, era el rastro de uno de los muchos hachazos que se le ha ido pegando al árbol de la sanidad pública desde la Junta de Andalucía.
Se le pueden dar todas las vueltas que se quiera, pero el trasfondo de todo esto es más que evidente. El progresivo despiece de lo público para ir dejándolo en manos privadas, en eso que estos falsos liberales y sociópatas llaman "colaboración público-privada", para no hablar de privatización, ha creado un ecosistema en el que todos los culpables puedan sacudirse las pulgas.
