
Derechos y derechas. Viñeta del 12/09/2025 en CTXT
El miércoles 10 de septiembre, el Congreso tumbó el proyecto de ley para reducir la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales sin reducción salarial gracias a los 178 votos a favor de las enmiendas a la totalidad de PP, Vox y Junts. Las patronales se manifestaron encantadas con el resultado de la votación. Sus buenos dineros y favores les cuesta condicionar los votos.
Aquí tienen la lista de los 178 diputados que consideran que no es de recibo que se trabaje media hora menos al día.
Las derechas que se niegan se han aliado para rechazar el proyecto de ley. Así, Josep Maria Cervera (Junts) quiso convencer al personal de que el voto de su partido en contra a la reducción de la jornada laboral no era un pacto: "Nosotros no hemos pactado nada con la derecha y la extrema derecha españolas", dijo. Quizá quiere se les catalogue como otro tipo de derecha más allá de la extrema o más pacá de la que dice ser de centro un día sí y otro no.
Hay cosas para las que no hace falta un estudio, pero, como saben, hay estudios para todo. También para decirnos algo tan ovbio como que es más saludable y beneficioso en muchos aspectos trabajar menos y disponer de más tiempo para vivir.
En julio de este año, la revista Nature Human Behaviour, publicó los resultados de un estudio titulado "La reducción de la jornada laboral mediante una semana laboral de cuatro días mejora el bienestar de los trabajadores" sobre los beneficios de implantar jornadas de seis horas de trabajo, o la reducción del 20% del tiempo y concluyó que, entre otras cosas, se mejora el rendimiento, la salud mental y el sueño.
El estudio analiza los resultados de una reorganización laboral previa a la prueba para mejorar la eficiencia y la colaboración, seguida de una prueba de seis meses. El análisis de los datos previos y posteriores al ensayo de 2896 empleados de 141 organizaciones de Australia, Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda, el Reino Unido y los Estados Unidos muestra mejoras en el agotamiento, la satisfacción laboral, la salud mental y la salud física, un patrón que no se observa en las 12 empresas de control.
De la prueba se desprende que, tanto la reducción de horas a nivel de empresa, como a nivel individual se correlacionan con mejoras en el bienestar. Así como las reducciones más importantes a nivel individual (pero no a nivel de empresa), que se asocian con mayores mejoras en el bienestar. Tres factores clave median en esta relación: la mejora de la capacidad laboral autodeclarada, la reducción de los problemas de sueño y la disminución de la fatiga. Los resultados indican que las semanas laborales de cuatro días con mantenimiento de los ingresos son una intervención organizativa eficaz para mejorar el bienestar de los trabajadores.
Pero no, oiga, las derechas volvieron a escandalizarse y a correr en círculos gritando que eso destruiría la economía y la civilización como la conocemos porque así es el discurso ultracapitalista.
Cuando los trabajadores intenta mejorar sus condiciones laborales y su bienestar económico y personal resulta que son unos peligrosos radicales antisistema, pero las empresas deben ganar cada día más y más, sin techo, y competir para abaratar los costes de producir sus productos, limitando a saco los salarios y estirando las jornadas lo máximo posible.
Así, muchos medios volvieron a hacer lo de siempre, darle su altavoz a esa piara de falsos liberales para que nos cuenten las mismas milongas catastrofistas, basadas en una opinión construida con retales de opiniones de otros personajes de la misma calaña sin ningún dato que las refuerce.

No podía faltar tampoco, como es tradición, el empresario llorón de turno de la hostelería que nos intenta vender la misma mercancia averiada de siempre. Tragedia el Alicante. El dato definitivo que confirma la catástrofe sale de los fogones de este tipo.

En este viaje también hizo acto de presencia en los titulares de los medios amarillistas el "solidario" mercantilista internacional. Un cuñao con más lengua que corazón. Ese que dice que le da de comer a los que lo necesitan para hacer el bien y que olvida que muchos de los que tienen que buscar ayuda para comer y poder acceder a servicios básicos son pobres aunque tienen un trabajo.

La historia se repite porque ese es su único guión: la culpa es del gobierno y de los trabajadores, que no quieren trabajar.
Ya en enero de 2024, cuando se anunció el pacto entre PSOE y Sumar, los medios neoliberaloides, en un ejercicio recurrente de antiperiodismo, bombardearon con sus habituales titulares de mucho pánico basándose únicamente en opiniones con datos catastróficos inventados por videntes de distintas asociaciones de empresarios. En elEconomista, ese pozo sin fondo de clickbait y propaganda capitalista, estuvieron particularmente activos.

Los de Exceltur, de profesión sus negocios, también redactaron titulares futuristas de muchos miles de millones para El Economista (que no se los cuestiona ni siquiera un poco) con lo que estiman que dejarán de ganar (que no perder) según sus previsiones y deseos del crecimiento de sus beneficios.

BBVA Research (chiringuito de propaganda ultracapitalista que cuela noticias cada dos por tres en los medios a golpe talonario) firmó otra profecía capitalista junto a Fedea (otro lobby del mismo palo) y El Economista se la comió entera encantado y la hizo suya sin verificar ni una coma. Después pasó lo que suele pasar con este tipo de titulares alarmistas e interesados trufados de falsas estimaciones.
Ya sabemos cómo funciona esta gente. Bajo la falsa premisa de la productividad y la competitividad mal entendidas y de la "libertad para lo suyo" consideran que cualquier medida que beneficie al trabajador y/o mejore su situación es un ataque violento a la economía (la del empresario).