Fabricando juguetes.
La granada "de rosca", poco de juguete
Este "juguete" tiene menos de construcción y más de pericia en su montaje, para armarlo se necesitaba simplemente un par de tornillos iguales y una tuerca de la rosca correspondiente, cuanto más gordo sea todo esto mucho mejor, como comprobarás enseguida.
Los petardos comerciales y explosivos caseros fabricados con todo tipo de productos de farmacia y droguería ejercían un efecto hipnótico en todos los chavales de todos los barrios del país, pero este era un "juguete" explosivo, realmente peligroso.
Ahora había que buscar unas cajas de cerillas, fosforos (o "mistos" como las llaman por aquí abajo). Las mejores cerillas para fabricar la granada de rosca eran unas que hace mucho tiempo no veo.
Aquellas cerillas eran de cabeza blanca y venían en pequeñas cajas, su palillo era de papel enrollado e impregnado en cera por lo que se podían desprender las cabezas simplemente girando su cabeza. La cajita tenía un rascador para encenderlas al estilo papel de lija.
he encontrado otras similares pero ya con la cabeza roja y el papel blanco y más similares a las "de cocina" que para la granada tornillera no sirven.
Commentario de Nicoletto (Gracias):
Para montar y añadir la carga a las granadas bastaba con enroscar la tuerca a uno de los tornillos procurando dejar espacio para añadir las cabezas de cerilla y rosca suficiente para enroscar el segundo tornillo sobre ellas.
Aquí tienes los planos secretos que aún conservo:
Montaje peligroso
El siguiente paso era el más delicado. Se trataba de, con nervios de acero, ir apretando los tornillos hasta conseguir llegar al límite de presión suficiente para comprimir las cabezas de cerillas sin que estas se encendieran.
Si esto sucedía casi nunca explotaba, simplemente soltaba un humeante llamarazo con su ¡Ffffffffffffffhssss! correspondiente, pero algunas veces se producía deflagración por lo que todos nos poníamos muy serios y concentrados cuando llegábamos a este paso.
Una vez conseguido su punto exacto de montaje, todo estaba preparado para su lanzamiento. Podía hacerse contra una pared. Este lanzamiento para descerebrados porque al chocar contra ella la explosión despedía siempre uno de los tornillos y podía agujerearte el cráneo. Salían disparados a velocidades increíbles.
Lo habitual era lanzarlo hacia arriba lo más fuerte posible para tener el tiempo suficiente de alejarse corriendo a la voz de ¡GRANADA! ...y si aquello caía en posición vertical el tornillo salía disparado hacia arriba.
Lo divertido era correr sin mirar hacia arriba por si lo hacías en dirección equivocada y te caía en los morros.
A mayor tamaño de los tornillos más capacidad de carga de cerillas y por lo tanto más gorda la explosión. Como era natural, experimentamos con todo tipo de variantes para hacerlos explotar como poniendo los tornillos verticales en el suelo para arrojarles un piedro o enlazando tornillos sin cabeza para unirlos con siete tuercas bien cargadas de cerillas.
El problema era que tras varios lanzamientos se deformaban bastante y había que ir mendigando por los talleres mecánicos para conseguir tornillería de repuesto, ya que la caja de herramientas de casa ya había sido saqueda tantas veces que ahora estaba adornada con un candado de los gordos.
Próximas enregas:
-Dardos naturales
-PinBall
-Cine en casa
Aquí tienes todos los juguetes.
La de problemas que tendrían nuestros padres ahora si nos dedicáramos a estos juguetes. La juventud está cada vez más amodorrada... Y la sociedad demasiado en vilo por supuestos problemas infantiles.
Desde luego esto está que echa chispas.
Y esto, si se lo tiras a los de la kale borroka esa a la cabeza funciona? :D
Y... a esto... ¿Lo llamas juguete? jodo...
¡que recuerdos! lo que hace crecer rodeada de chicos...
Las cerillas blancas ya no se comercializan en europa porque están prohibidas ya que no son de seguridad, arden al rozar contra cualquier superficie sólida (como con la suela de las botas en las pelis de vaqueros). En EEUU se siguen vendiendo, pero en españa sólo vais a encontrar las rojitas ( de seguridad).
¡¡¡QUE RABIA!!!
Estos niños...