Federico merece todos los laureles, ha hecho méritos de sobra para conseguir sentarse en el trono del altar de los Tontolares más gilipollas.
Estamos asistiendo a una de las maniobras de desviación de la atención más burda de los últimos años.
El propio ministro del Interior , elementos del PP, UPyD, algún desubicado del PSOE, hasta algún sindicato policial, acompañados de un machacar desde TVE reclaman con urgencia señalar que las cosas que se escriben en Tuiter son un gran problema social de primera magnitud, sobre el que hay que legislar en calentito. Regular, dicen.
Y como aquí el que no escandaliza no sale en el Trending Tontic, Quevedo lo apuesta todo al Tonter, ese cruel asesino de diputadas disfrazado de inocente pajarito azul.
Según se desprende de este ridículo Tontolar, el inventor de Internet podría ser cómplice necesario del asesinato de Isabel Carrasco.
Y ahora voy a poner el cerebro en remojo, con un poquito de hielo, que escribir en este blog me está provocando incendios en las neuronas.