Kyle Rittenhouse, un adolescente que duerme con la gorra pasea buscando su cerebro que jamás tuvo.
Viñeta del 29/08/2020 en CTXT
"Como es necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas"
Con esta frase tan escueta y flexible, añadida como enmienda a su Constitución en 1791, los estadounidenses pueden pasearse por la calle con una cacharra potente de matar gente.
La cosa, escrita para territorios donde el Estado aún no se había implantado y la seguridad la proporcionaban ejércitos privados o grupos de autodefensa y en tiempos de cuando para pegar un tiro había que montar un pifostio en el que había invertir un montón de minutos, sigue siendo a día de hoy la excusa para llevar, modificar y terminar usando armas que permiten decerrajar más de 700 disparos por minuto.
Los argumentos de los que defienden el derecho a portar armas ya los conocen.
Entre otras cosas, argumentan que un pueblo armado, además de ejercer con más contundencia y eficacia la legítima defensa.
Se supone que puede disuadir al estado de ejercer la tiranía contra el pueblo. Incluso aseguran que las armas reducen las tasas de criminalidad y que lo que mata es el malo y no el arma, ya saben. La cultura del "buen" matar sin más debate tan arraigada por allí.
Este pensamiento primitivo y circular hace que cualquier desequilibrado pueda hacer una interpretación creativa y caprichosa de la ley, liarse a tiros preventívamente en medio de cualquier sitio o por un simple arranque de volaera y matar a más gente en menos tiempo.
Y también que haya otros, aún más descerebrados, que llamen héroe al matarife mientras la policía, cada vez más militarizada, se columpia a placer en sus intervenciones y se sigue cargando gente a la mínima de cambio.
Basándonos en este bucle de lógica armamentística consagrada por la segunda enmienda deberían probar a ampliar el tipo de armas a las que puede acceder un ciudadano común (simplemente comprándolas en un supermercado) y añadir a la lista bazucas, lanzallamas, tanques, misiles y alguna bomba atómica pequeña o mediana.
El estado también podría bombardear a su población, de hecho ya lo ha hecho alguna vez.
EEUU cumple con una importante función, advertirnos sobre todo aquello que no hay que emular.
Viñeta de 2018