Mucho se habla estos días de los ríos de gente en las taquillas de los cines para ver pelis a 2,90€
A los obtusos que siguen culpando a la piratería y a los hijos del "todo gratis" de destruir eso que llaman "industria cultural", les tiene que estar dando pataditas el cerebro. Anunciando el parto.
Y viene al hilo recordar la máquina de copiar tomates de uno de los llamados intelectuales por esos grupos editoriales encerrados en la nostalgia de la linotipia.
Pero nada cambiará, muchos otros pasados de rosca, seguirán pensando que toda persona tras un ordenador es un ladrón en potencia de propiedades intelectuales y que la facilidad para copiar acabará con toda manifestación artística.
Porque eso suena mucho más dramático que admitir que siguen con su línea recta comercial hacia el barranco cuando el consumidor, y algunos creadores, hace años giraron de manera natural.