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Vengo a poner orden en este desmán, odio a los ñoños, odio a los que se dejan llevar por los sentimientos, este país necesita gente de valía(no importa lo que valga), luchadores, no jipis melenudos, que cuando miran para otro lado ya se la estan pegando. Se necesita savia nueva que fluya a cualquier infortunio, sin privarse, ni preguntarse a priori, mecagoentoó.
Yo aprendí a fuerza de hostias, y con dos cojones me mantengo en pie de guerra, si hay que mandar a tomarporculo a alguien, lo mando sin reparo, aprendí a plancharme el pantalon por mi solo, l principio hacia tantas rayas en las piernas que parecia un plisado de falda escocesa, pero aquí estoy, cuando freí mi primer huevo, me llene de lamparones la camisa, la remoje en el jabon del borregito, y nada, luego en un desengrasante y nada, nada dio más resultado que tirarla a la basura, antes de pisotearla y hacer que me devolvieran el dinero de los dichosos detergentes, a hostias con todo. En amores también me fue mal, hasta que me compre mi primera moto, mis primeros caballitos en ella me provocaron diversas lesiones, me gustaba que las chicas me agarraran fuerte cuando aceleraba y aflojaban cuando no rozando sus pezones y acariciandome la espalda, y aquí estoy aún tocando los cojones al poder.
Enfin, que jodan al escribiente, de donde cojones salió?, de una caja de música, dónde dejó a su bailarina?, mejor que vuelva con ella y nos deje vivir, lo odio tanto que sería capaz…me va a dar algo, adios.
Hoy he conocido a una señorita muy atenta y muy guapa,en un negocio de trajes de baño y neoprenos, ttambién me he atrevido a darle mi teléfono, ella muy paciente ni se resigno, sin dejarme de mirar a los ojos estiro su larga mano hacia un lapicero, cogio un bolí creo que el más gordo que he visto nunca y me preguntó en que color le gustaría que escribiera mi nombre y teléfono, mi nombre, imaginense, ilusionado se lo dije,
también le dije que me diera una perdida, en caso de..,
a lo que ella afirmó con una sonrisa cálida, no podía dejar de pensar en ella, cuando de repente, sono una perdida, pero con número oculto, una y otra vez. Pense que algo sucedería, corr? hacia la tienda, debería de salvar a esa maravillosa mujer, estaría en apuros, haría el ridiculo sino fuese ella, así que esperé unos diez minutos, lo justo..lo justo para que la grúa me metira un cepo en el coche.
Llegué junto a mi princesa casí sin aliento, me miró con tristeza, me abrazo y me dijo: lo siento. Cerró los ojos, acerque mis labios y me rodeo con su pierna la mía, mientras con la otra mano cerraba la entrada.
Mañana pagaré la multa.
No matéis a mi padre, por favor.