Así describía el periodista Fran J. Saavedra a Promusicae, SGAE y FAP, en su blog en una nota en la que opinaba sobre el panfleto de intoxicación para la infancia que esta concentración de mercantilistas de la cultura pretende colocar en institutos y colegios.
Aviso que no puedo, ni pienso, ser del todo imparcial porque tengo aprecio por el burrofaxeado, me resultó imposible mirar a otro lado.
Esa tarde andaba tumbado en la más absoluta desconexión cuando Fran me hizo llegar la noticia de que Promusicae le avisaba del envío de un burofax en el que le hacía un ¡Uh! para que retirase partes de ese texto por considerarlo presuntamente injurioso. Agotadas las ideas sólo queda la amenaza.
En el burofax no se aclaran entre el significado de comentario y artículo, así que no quedaba claro si pedían la retirada del artículo entero o de las partes que citaban en la amenaza de demanda.
Queda claro que son más de cifras que de letras.
Dedicamos buena parte de la tarde a tirar de amigos, conocidos y allegados (se agradece el asesoramiento a todos ellos) para consultar cuál era la mejor decisión y obtuvimos respuestas de profesionales de lo legal que aconsejaban la retirada y otras que aseguraban que se podía defender con éxito.
Finalmente el autor retiró la frase solicitada y aquellas palabras que consideró que podían empujarlo al vericueto legal, siempre caro y molesto, y así lo cuenta.
Cese y desista
En estos casos lo primero que se descubre es que sin apoyo, dinero y tiempo la historia es muy distinta a cómo la imaginábamos, toda la fanfarronería se desvanece cuando el problema nos toca de cerca.
Pero la historia se repite y a Bárbara no se le escapa ni una. Lo que podía haber quedado en una opinión más, entre las muchas que andan por ahí, se amplificaba por la gracia del burofax.
Volvemos a los tiempos de La Codorniz, hay que decirles lo que son de mil formas creativas que den un pequeño rodeo a las palabras prohibidas, aparcar los explícito por la sutilidad, el adjetivo justo por la fábula.
Y es que hay disparos que suenan aunque no se escuchen. Hace mucho que se acabaron los monopolios de la opinión, no se puede callar a uno sin que lo comenten dos, dos mil o más.
No hay Burofax, ni rectificación que pueda impedir que mucha gente siga pensando y expresando que, desde el canon hasta la ley Sinde, pasando por los insultos contínuos de artistuchos y empresarios a comunes mortales que usan internet, estas agrupaciones de cavernícolas de lo digital, sean considerados como un grupo de recaudadores del diezmo de su marquesado.
Y todo con la complicidad de legisladores ciegos y sordos.
Esa imagen que se percibe de ellos no la ha inventado el espectador, se la han currado solos.
Cucas, acabo de leer este comentario vuesto y el que habeis dejado en Esperantia. Gracias por estar ahí.
Un abrazo
Muchas gracias por el detalle, J.R. Ya sabes que, pase lo que pase, seguimos en la trinchera peleando y luchando contra tanta injusticia y tanto miserable que nos rodea.
Un abrazote
Para eliminar derechos de pernada.. lo mejor es cortarle la polla al Baron....
Hoy los barones son varios y reconocidos y ejercen su pernadismo sin follar pero jodiendo... pero nuestras piedras de afilar han empezado a moverse... ris..ras..ris..ras..
saludos compadreeeeeeeeeeeeeeeee!!!
Estratégicamente según Napoleon una retirada a tiempo es una victoria. (perdidas de tiempo, juicios y demas...la vida es muy curra como para andar al servicio de los "poderosos"?¿)
Siempre se puede escribir una réplica donde digo...., rectifico y pongo.... , es la forma más sencilla de dejarlos con el culo al aire.
¿ No quieres una taza?- pues ahora te vas a comer dos, de algo le viene la similitud con promiscuo, CHUPONESSS!!!!!