Sin periodismo no hay tontocracia. El que escribe este tontolar habrá estudiado en la facultad de pseudociencias de la charlatanería, supongo.
La Navidad es terreno abonado para que los medios publiquen chorradas varias repitiendo las mismas naderías y topicazos de todos los años. Si ya el resto del año se relaja el criterio, durante estas fechas tan señaladas presenciamos un aumento escandaloso de los tontolares.
SER Magufo se apuntó a ese engendro que los analistas de medios llaman infoentretenimiento como si fuera algo normal para contar que Iker Jiménez, uno de los mayores charlatanes del reino de Magufolandia, había "desvelado" el numero perfecto para ser premiado con el premio Gordo de la Lotería de Navidad. Es lo que hay cuando hay que vivir de rascar unos miserables clics a costa de lo que sea.
Y es que Iker ha modernizado sus pegotes. Ha aparcado un poco las caras de Bélmez, y otros engañabobos analógicos recurrentes, para introducir sus boñigas misteriosas en cosas más tecnológicas de moda como, el Big Data, el blockchain, la inteligencia artificial y cualquier cosa internetera que le permita ampliar o renovar su audiencia con nuevos besugos. Ya saben cómo es este negocio del misteriodismo, se puede encasquetar en cualquier cosa.
Es el truco más vejo del mundo, los videntes televisivos llevan décadas practicándolo. Si cada año haces una predicción, por cosas de la caprichosa probabilidad, algún día puedes acertar. O no.
Finalmente, la estadística quiso que todos los tripulantes de la nave de la tontería que agotaron el número "perfecto" designado por el cantamañanas se comieran un mojón de a kilo.
*Otra tontería estrella de la Navidad ha sido la polémica absurda sobre la forma en la que había que felicitar este tostón anual.
Felices fiestas.