Llevo unos días dándole vueltas a esto del arte en la calle y de lo gilipollas que se ponen algunos alcaldes que para hacerse la foto más grande tiran trabajos guapos y meten en el saco del vandalismo a todo artista urbano.
Al Gallardas no le gusta el graffiti en Madrid, ni el que ensucia, ni el otro, ni ninguno, así que no me enrollo mucho, dejo estos dos gallardas de color-metro además de sumarme a la protesta.

Somos de colores
Graffitis hay de muchos tipos. Para mi, los hay que son un reflejo de lo que la sociedad piensa y, solo por eso, ya hay que respetarlos.
¿Alguien se ha planteado que es lo que haría Gallardón con los blogs si pudiera decidir su destino?
Miedo me da este tipo. Aunque “Espe” aún me asusta más, ¡Qué conste!
¡Un saludo!
Yo también estoy en contra del graffiti en plan vandálico (firmas en paredes de casas habitadas, bloques de viviendas, cierres de comercios...), pero hay que saber diferenciar ese graffiti, de otros que son puro arte, una maravilla para la vista, y que tratan de hacerlos donde no molestan a nadie, es mas, embellecen muchas fachadas abandonadas.