No son pocas las noticias que se van a quedar enterradas por la alerta global, con pánico engordado, de la crisis de la gripe puerca. Aunque esta no es una de ellas ya que ha pasado casi sin pena ni gloria.
Es de justicia que ya que criticamos a los medios prehistóricos por sus habituales y tendenciosos titulares, siempre al límite de la mentira y a la inmaculada internet por su pasión por el bulo y el periodismo de pastel sepamos ver a quienes no se dejan equivocar por la llamada a la bronca recurrente de los tópicos de las diferencias y persecuciones por género.
La noticia, más bien moción «campanario», que se soltó De La Vega desde Egipto el otro día fue titulada por casi todos los medios más o menos como «El gobierno dará un título a las amas de casa». Hubo todo tipo de variantes pero todas se cerraban en las mujeres y muchos insistían en las amas de casa, era falso.
La creación de esa bolsa de personas con nuevas titulaciones se supone será la cantera de un mercado por crear alrededor de la Ley de Dependencia que espero no tenga que crear y «regular» el gobierno. Porque antes, entre otras muchas asignaturas pendientes en materia laboral debería perseguir y castigar a esa tropa que tiene servicio doméstico sin contrato y pagando mierda. A todas esas familias de bien que, por tradición, ni se plantean reconocer los derechos laborales a toda esa tropa de trabajadoras de lo doméstico.
Creo que entre todos la mataron y ella sola se murió, porque la medida es muy de las de querer hacer ruido y los medios han echado el resto.
Y cuidado con lo que se opina que te pueden caer encima etiquetas de las feas y gordas pero al margen de la opinión de cada cual, el único medio que no se dejó llevar por la discriminación «positiva» fue «El Mundo» que tituló «Cuidadores sin estudios podrán tener un título oficial antes del verano» porque realmente así es, no es una medida exclusivamente para mujeres aunque el 90% de esas personas lo sean.
Pero claro, siempre puede aparecer alguien que piense que titula así para no entrar en el discurso de la defensa de lo femenino y el vericueto del lenguaje costumbrista. Todo es posible.
Aunque «El Mundo» bien podría haber hecho sangre de la medida, como suele hacer con otros muchos asuntos no ha sido del todo así. Tampoco se han visto rectificaciones ni debates empotrados sobre el tratamiento de la iniciativa por parte de los medios. Ni siquiera reflexiones a destacar sobre el título profesional en cuestión aunque no han faltado leves machismos encubiertos.
No creo que haya suerte, pero hasta puede que un día acabemos hablando de personas y no de sexos. Habrá llegado la igualdad bien entendida esa que a más de uno parece que le jode tanto.