
El brazo guarro de la justicia. Viñeta del 25/01/2025 en CTXT
Adolfo Carretero Sánchez, alias "El Pistolas", es un juez que volvió a ser noticia por su interrogatorio guarro a la actriz Elisa Mouliaá a cuenta del caso Errejón.
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) le ha abierto una diligencia informativa después de que se recibieran más de 900 quejas a través de un formulario del portal de atención al ciudadano del CGPJ en apenas 48 horas después del interrogatorio.
Más allá de las preguntas del palo "¿No será que usted quería algo con ese señor, y al no corresponderle por eso ahora le denuncia? ¿Sabe para qué se sacó él el miembro viril? ¿Le intentó bajar las bragas? ¿Cuánto tiempo estuvo chupándole las tetas?" y demás pajillas mentales y acusaciones, destaca el tono despectivo, barriobajero y chulesco con el que apostillaba y cuestionaba cada palabra y cada frase de Mouliaá.
Si tienen ustedes paciencia, por ahí anda el vídeo completo del interrogatorio. Quédense con el tono. No quiero ni imaginar lo que debe ser una charleta distendida en la intimidad, carajillo en mano, con Carretero.
Sin embargo, Alfredo Arrién, el abogado de Mouliaá cree que el juez fue "duro" por "estrategia" y que se muestra "con las preguntas de Errejón más suave" porque "intenta entrar en confianza con él" y así "le relate los hechos en un ambiente más distendido". Así anda el gremio de lo de la justicia con el corporativismo, perro no come perro. Y si no es así, al menos en este caso anda como un pato, grazna como pato y nada como pato.
Entre las opiniones más repetidas a la viñeta torrentiana están las de los que dudan de que los compañeros de Carretero se hayan sentido abochornados por el interrogatorio, pero, al menos a la funcionaria que aparece tras Mouliaá se le nota claramente el ataque de vergüenza ajena que le entra.
La asociación Acción Contra el Odio (ACO) ha denunciado ante la Fiscalía de Madrid la filtración –publicada como “primicia” por el diario ultraderechista OKDiario– de los vídeos y actas de las declaraciones de Íñigo Errejón y Elisa Mouliaá ante el magistrado lascivo.
"No quiero ni imaginar lo que debe ser una charleta distendida en la intimidad, carajillo en mano"... entre Carretero y Miguel Ángel Rodríguez (por ejemplo).