Facebook first. Viñeta del 25/03/2018 en CTXT
Para entender la movida de Facebook y Cambridge Analytica (unos elementos) puedes empezar por el primer vídeo del trabajo de investigación de Channel 4 y seguir por su segunda parte.
No son pocos los que han soltado eso de "menuda novedad" o lo otro tan trillado de "el producto eres tú" y que si no quieres ordeñar voluntariamente tus datos para Zuckerberg, pues borra la cuenta.
Que sí, que el negocio de Facebook siempre ha sido este, la única novedad es conocer las mierdas concretas para las que se usan los datos. Y Cambridge Analytica no ha hecho simples estudios de mercado y campañas dirigidas a perfiles X para vender cafeteras, ha ido bastante más lejos, aunque sigan negando que usaran datos de millocientas toneladas de cuentas de Facebook para hacerle la campaña a Trump. Es posible que esto sea lo de menos, la cosa es que los datos terminan en manos de auténticos mafiosos del juego sucio disfrazados de analistas de bien.
Y es que parece que ya da igual todo, que Facebook haya sido un nido preferido y el terreno más allanado para la propagación de noticias falsas o que lleve años recolectando datos más allá de los "necesarios" y que Mark siga pensando que somos idiotas.
Si eso no te gusta no lo uses, proclama el navegante enterao medio.
A estos se podría añadir la tropa que sigue pensando que lo que publican no es importante y que les da igual ser parte de la granja, para ellos vuelvo a recordar esta charleta de Marta Peirano de 2015.
Tras usarla menos de seis meses, en 2009 eliminé la cuenta de Facebook. Casi no la usaba y además, siempre me ha parecido- y me sigue pareciendo- una red aparatosa y mal resuelta para un uso de batalla. Se salvan un poco los grupos, que se parecen algo más al concepto de tablón "abierto".
Sin embargo, aún hay gente que casi no sale de ahí, es más, su "puerta" de internet es logearse en Facebook, aunque leía el otro día, no recuerdo dónde, que la gente más joven apenas lo usa ya.
El rollo es que volví a mediados de 2015 porque algunos me pidieron que subiera las viñetas también ahí y abrí una página de autor. En la cuenta personal no publico nada desde entonces, tampoco lo hacía antes ni lo he instalado nunca en el móvil. Sé que esto tampoco evita el ordeñe, pero algo es algo.
Además, necesitaba una cuenta para contactar con dibujantes que no usaban otras redes sociales y no encontraba otra forma de conseguir una vía de contacto para enviar entrevistas a la hora de escribir algún articulillo sobre casos de censura y follones y siempre andaba usando una cuenta ajena para esas historias.
Ahora, como siempre, siguen existiendo tres opciones: continuar engordando el bolsillo con datos a una panda de mamones para no perdernos ese micromundo de supuestas noticias y cosas megusteadas, darle un uso muy limitado o chapar la cuenta.