Juegos clásicos.Viñeta del 27/01/2019 en CTXT
Después de que Trump "reconociera" a Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela, que es algo así como ponerle la espada en el hombro y nombrarlo caballero, el Parlamento Europeo cambia el nombre al país, lo rebautiza como "Europazuela" y vota también a Guaidó como presidente sin más elecciones ni tonterías de esas democráticas que sólo rirven para perder el tiempo y de paso ningunea toda votación anterior.
A miles de kilómetros de distancia los intervencionistas están eufóricos por saberse soberanos para poder tomar decisiones sobre el destino de un país en otro continente. Y es que, independientemente de lo que usted piense sobre la política venezolana, es el único país del mundo sobre el que todo quisque cree tener postestad para intervenir, ordenar, "remodelar" y trapichear. Un comodín de uso común para el enfrentamiento más simplista, interesado y salchichero entre partidos, una bonita paradoja sobre el curioso reparto de las acusaciones de bananismo.
Para la derecha, cualquier votación que no ganen ellos es ilegal.
En un país donde un dictador se mea en el proceso democrático (y convoca unas elecciones de chichinabo en las que sólo vota gente amenazada por su régimen) tampoco es que haya muchas más opciones.