Berlusconi, el nuevo mandamás de Italia, que vive entre formoles y coglionadas chungas estaba reunido con Putin en Villa Certosa, la choza de 70 millones de metros cuadrados que tiene el presidente cara cartón en Cerdeña.
Una periodista rusa le preguntó al Putis:
¿Es verdad que se está divorciando?"
El de la ensaladilla pidió respeto para su vida privada y tal, momento que aprovechó Il Cavaliere de los coglionis para hacer una de sus chuflas estúpidas y apuntó con sus manos simulando portar un kalaka listo para disparar.
El magnate de los medios y máximo accionista de corporación dermoestética se supera con las paridas bordes.
Al forza-macho de la silicona le importa tres pijos que en Rusia hayan asesinado a más de 200 periodistas sólo por serlo.
Berlusconi es una momia machista y vulgar, un chusmilla con billetes y pose de Capofamiglia de salón recreativo.
Genial, Jr!
Genial el chiste, por supuesto. Al personaje deberían de enterrarle bajo sus comentarios.