El mangaka, cineasta de animación y director de culto Satoshi Kon falleció repentinamente de cáncer el 24 de agosto de 2010 a la edad de 46 años. Dejó tras de sí una obra corta e inacabada que, sin embargo, figura entre las más difundidas e influyentes de la historia de la cultura japonesa contemporánea.
Diez años después de su muerte, su familia y colaboradores hablan por fin de su obra, mientras sus herederos en Japón, Francia y Hollywood repasan su legado artístico. Satoshi Kon, el Ilusionista evoca la trayectoria de un autor solitario, cuya vida estuvo dedicada al cómic y la animación para adultos.
Documental de 82 minutos dirigido por el cineasta y guionista francés Pascal-Alex Vincent y cooproducido por Eurospace, Genco, Carlotta Films y Allerton Films, con el apoyo de la Agencia de Asuntos Culturales del Gobierno de Japón, fue estrenado en el Festival de Cannes de 2021.
Sobre el autor
Satoshi Kon nació el 12 de octubre de 1963 en Hokkaido, Japón.
Se graduó en el instituto Kushiro Koryo de Hokkaido para después ingresar en el Departamento de Diseño de Comunicación Visual de la Universidad de Arte de Musashino.
A mediados de la década de los 80 debuta como dibujante de manga en Young Magazine (Kodansha) y a principios de los 90 lanza su primer libro, Regreso al mar, publicado por Kodansha y participa en el primer proyecto de animación en "Old Man Z" como director artístico y escenógrafo. Aunque Kon había escrito previamente el guión de la comedia negra de acción real de Otomo World Apartment Horror, Roujin Z fue el primer anime en el que trabajó.
Fue autor de varios cómics, una serie de televisión y cuatro largometrajes
En su web personal quedó un post titulado "Adiós" con su último mensaje en el que contaba cómo recibió la noticia de su enfermedad
Inolvidable 18 de mayo de este año.
Recibí el siguiente diagnóstico de un cardiólogo del Hospital de la Cruz Roja de Musashino.
"Cáncer de páncreas en fase terminal, con metástasis en varias partes de los huesos. Le quedan seis meses de vida como máximo".
Mi mujer y yo lo oímos juntos. Era un destino tan repentino e irrazonable que no podíamos aceptarlo con los brazos cruzados.
Siempre había pensado esto con todo mi corazón.
'No importa cuándo muera'.
Pero fue tan repentino.
En su último mensaje, entre muchas otras cosas, habla sobre su testamento y los derechos de su obra.
También he estado trabajando en "prepararme para una muerte adecuada". No he sido capaz de hacerlo bien del todo.
Una de esas cosas era crear una empresa, con la ayuda de dos amigos de confianza, para gestionar los derechos de autor y otros derechos de Satoshi Kon, por efímeros que sean.
La otra era hacer testamento para que los bienes, aunque no fueran muchos, pudieran pasar sin problemas a mi mujer. Por supuesto, no hay necesidad de que una disputa por la herencia se complique, pero quiero eliminar aunque sea una de las preocupaciones de mi mujer antes de que deje este mundo, y esto redundará en mi tranquilidad cuando me marche un poco más lejos.
En su extenso texto final asegura que más tarde firmaría el testamento aturdido y en estado crítico debido a una neumonía y aprovecha para enviar agradecimientos y despedirse de distintas personas, entidades y amigos
*Documental visto gracias al aviso de a.b.c.