Superpeineta
Hace mucho tiempo que no tengo que asistir a ningún acto petardo, espero que nunca jamás, donde lo que manda es el protocolo y las personas son objetos con limitaciones impuestas por leyes no escritas o adornos con uniforme.
Hoy casi todos los medios han sacado a relucir su "Sofiísmo" rancio para contarnos que la reina se ha acercado a una ciudadana que le gritaba durante uno de esos actos : ¡Alteza!,¡Alteza! ¡Una madre angustiada que le llama! para pillar una carta con un cd que le quería entregar.
Y ella se acercó, y lo hizo personalmente, en persona, toda ella, a encaje descubierto.
Puedo entender que alguien haga lo que sea para proteger a los suyos por eso no opinaré ni sobre la acción de la mujer que reclamaba a Superpeineta a gritos, ni sobre el caso de su hijo ya que no he leído lo suficiente pero sí recuerdo haberme cruzado con llamadas de atención sobre este asunto. Admito que no entiendo nada de procesos de enjuiciamiento militar.
Lo que me parece completamente medieval es que algo tan normal y cotidiano como entregarle una carta a alguien se haya convertido en un pasteloso titular como este y se tengan que leer opiniones alabando el gesto de "cercanía con el pueblo" de la heroína de la peineta.
Los militares tienen sus propias leyes y los reyes tienen las nuestras pero maqueadas a su interés para proteger y alimentar sus privilegios y sobre todo su economía.
Por eso cuando veo teatros como este es cuando más me convenzo de que no todos los ciudadanos somos iguales, tendremos que estar ante alguien "por encima" que pueda negar o autorizar que lo parezcamos.
Los asistentes al acto ovacionaron con aplausos agradecidos la movida de la entrega de la carta como el que contempla un milagro espontáneo, el breve palmeo del vasallaje también fue acompañado de algunos gritos de alabanza a la heroína postal para hacer más espectacular el salto de Superpeineta.
Los medios corrieron a entrevistar a la audaz ciudadana que había osado "romper" la seguridad provocando que la reina "se saltara" el protocolo para engorde de su campechanía real y regocijo de grandes y pequeños.
Nadie podrá nunca comprobar si los medios hubieran hablado hoy del caso del cabo Jorge Miguel Gago y de su madre Ángeles Chao, la ciudadana que fue tocada por la mano de Superpeineta en octubre del glorioso año de 2008.
Info relacionada sobre el caso Gago:
Página de la plataforma de solidaridad con Gago
Concentración de apoyo al cabo Gago
Y finalmente sucede esto:
...
Ole, por el gesto de una madre desesperada. La Reina se debe al pueblo.
Me temo que el acto de carterismo (por lo de entregar la carta, vamos) tenía de espontáneo lo que yo de rey medieval con cuatro brazos y un caballo alado - esto es, nada en absoluto, ... si bien sí tengo cuatro brazos -.
Por desgracia, los miembros de la Casa Real encargados de publicitar los actos oficiales son expertos en dar pinceladas a lo Frank Capra en cada uno de los pases de modelos de Juancar y Sophie. Algún personal cercano a la seguridad de S.S.M.M.R.R.E.E. (cuyo nombre no diré por lo desagradable que es) me comentó que en el horario repartido entre los guardaespaldas reales - a los ficticios no les repartieron nada - se podía leer: "(...) 12:43: La Reina se acerca a unos niños, situados a la derecha del cordón de seguridad". Bendita espontaneidad programada!!
Congratuleisons por el blog y afectadísimos saludos.
@Alicia: Hola tocaya de apellido.
Extraña y agradable sensación y sorpresa.
Gracias!
Hola primo! jajaja....me he alegrado de ver tus viñetas en la mani contra la pobreza! geniales.
Un abrazooo
Alicia Mora
Lápices para la Paz
Pero, vamos a ver a esta señora y a toda su prole no le pagamos de puta madre, todos los españoles, incluidos los republicanos. Entonces, cual es el mérito de que alguien haya osado a acercarse por unos segundos a ella. Desde luego, este glorioso día se ha ganado el sueldo. Ya les vale...De todos modos, me parece una viñeta muy simpática. Ahora, entiendo la frase de mi padre, "en que país vivimos..."