En 2016 entrevisté por correo a Sandya Ekneligoda. Su marido, el dibujante y periodista Prageeth Ekneligoda, llevaba seis años desaparecido.
Desde entonces he intentado seguir las noticias (6 años - 10 años) relacionadas con el caso a través de distintos medios y de la cuenta de Twitter de Sandya.
También intenté seguir el proceso judicial en el que, en principio, varios militares fueron acusados del secuestro y desaparición de Prageeth. El fiscal general acusó al teniente coronel Shammi Karunarathna, a Prabodha Siriwardena y a otras cinco personas por el secuestro del viñetista. Finalmente, la investigación del Departamento de Investigación Criminal (CID) no fue suficiente para la resolución del caso.
Hace unos días, el CPJ publicó una entrevista con Sandya que revela que, después de casi tres lustros de búsqueda, esta infatigable activista no ha conseguido obtener pistas concluyentes que permitan descubrir a los culpables y poder hacer justicia. Aún así, no se ha rendido.
A continuación reproduzco la traducción de esa entrevista de Sonali Dhawan a Sandya Ekneligoda, publicada el 26 de enero de 2024 bajo licencia CC Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International en la página del CPJ (Committee to Protect Journalists).
14 años después, la esposa del periodista desaparecido Prageeth Ekneligoda lucha por que se haga justicia
"No sé cuánto tiempo tardará, pero conseguiré justicia para mi Prageeth", declaró al CPJ Sandya Ekneligoda, esposa del periodista de Sri Lanka secuestrado y crítico con el gobierno, a través de una videollamada. Han pasado 14 años desde la desaparición de Prageeth.
Prageeth, entonces dibujante de 50 años y columnista del sitio web Lanka e News, fue visto por última vez por su familia y colegas en los suburbios de Colombo, la capital de Sri Lanka, el 24 de enero de 2010, dos días antes de las elecciones que dieron una amplia victoria al actual presidente Mahinda Rajapaksa.
Decenas de periodistas fueron asesinados, agredidos e intimidados durante la presidencia de Rajapaksa, de 2005 a 2015. La violencia estuvo a menudo relacionada con la cobertura mediática de los 26 años de guerra civil entre el gobierno y los rebeldes separatistas Tigres de Tamil, que terminó en 2009.
El hermano de Mahinda Rajapaksa, Gotabaya, era secretario de Defensa en aquel momento y ha sido acusado de estar implicado en múltiples ataques a periodistas, incluyendo la desaparición de Prageeth y el asesinato en 2009 de Lasantha Wickrematunge. Gotabaya Rajapaksa ha negado cualquier implicación en estos casos.
Después de que los Rajapaksa fueran elegidos en 2015, una investigación del Departamento de Investigación Criminal de la policía descubrió que una unidad de inteligencia militar secuestró y muy probablemente asesinó a Prageeth. Nueve oficiales militares fueron encausados por cargos de secuestro y asesinato en noviembre de 2019, cuando Gotabaya Rajapaksa fue elegido presidente.
Una comisión de investigación creada por Gotabaya Rajapaksa en 2020 emitió un informe recomendando la absolución de todos los acusados en el caso de Prageeth. Un militar retirado y testigo clave, que anteriormente declaró haber interrogado a Prageeth en un campamento del ejército tras la desaparición del periodista, posteriormente cambió su testimonio cuando fue citado ante la comisión.
Gotabaya Rajapaksa dimitió en 2022 y el caso de Prageeth es el único juicio en curso relativo a delitos graves contra periodistas en Sri Lanka que, según los analistas locales, nunca han desembocado en una condena.
Con un retrato de Prageeth colgado en la pared de su casa, Sandya Ekneligoda habló con el CPJ sobre los obstáculos en la búsqueda de justicia para su marido, su preocupación de que los Rajapaksa estén utilizando sus conexiones políticas para interrumpir el enjuiciamiento del caso de su marido, y sus esperanzas para el futuro, ya que Sri Lanka se prepara para unas elecciones presidenciales a finales de este año.
Esta entrevista ha sido editada para mayor extensión y claridad.
¿Podría describir los meses previos a la desaparición de su marido?
Prageeth fue secuestrado por primera vez el 27 de agosto de 2009 y liberado el día 28. Me contó que lo metieron en una furgoneta blanca. Lo ataron a un poste y lo interrogaron mientras había una luz brillante sobre su cabeza para que pudiera sentir el calor insoportable. Se negaron a darle su medicación para la diabetes y el corazón.
Cuando lo soltaron, le pidieron que bajara del vehículo y se sentara. Pensó: "Me van a pegar un tiro. Este va a ser mi último día". Le dijeron: "Siéntate hasta que no oigas el ruido del vehículo. Entonces, puedes quitarte la venda de los ojos y caminar".
Aunque Prageeth presentó una denuncia a la policía, no se tomó ninguna medida. Recibió muchas llamadas anónimas. Tomó algunas medidas de seguridad porque le seguían. Tomaba rutas diferentes por la mañana y por la tarde. Pero Prageeth nunca dejó de trabajar.
¿Qué ocurrió el 24 de enero de 2010?
Mis dos hijos y yo vimos a Prageeth por la mañana, antes de que se fuera a su oficina. Por la tarde, teníamos que asistir a una "bodhi puja" (ceremonia), así que se puso la camisa blanca de nuestro hijo de 15 años. Cuando la llevaba, estaba muy contento y dijo: "Nuestro hijo ha crecido". Nunca podré olvidar lo que dijo aquel día.
Todos los días le llamaba sobre las 21:15. Intenté llamarle tres o cuatro veces, pero su móvil estaba apagado. Me entró el pánico. El corazón me latía con fuerza y temblaba. Sabía que algo iba mal por lo que había pasado cuando lo secuestraron en la anterior ocasión.
Cuando fui a la comisaría, al principio no quisieron aceptar mi denuncia. El oficial encargado me dijo: "Puede que su marido esté en casa. ¿Por qué no va a buscarlo? Hoy en día se 'secuestra' a la gente para hacerse famosa".
¿Cómo ha sido su periplo para localizar a Prageeth?
Creo que ninguna mujer debería pasar por lo que yo he pasado. Lo primero fue el discurso de odio, incluso por parte de políticos y ministros. Decían que yo no lloraba, así que era "una actuación". El ex fiscal general fue a la ONU dijo que Prageeth vivía en otro país.
En 2015, cuando el CID empezó a investigar, de repente y circularon rumores de que Prageeth era un "terrorista". Pero múltiples organismos gubernamentales dijeron que no tenía vínculos con ninguna organización terrorista.
Empezaron a pegar carteles en lugares públicos, diciendo que yo podía ir a Ginebra (la oficina de la ONU donde Sandya ha defendido a su marido) vendiendo paquetes de arroz. A veces no me dejaban sentarme en los tuk-tuks ni en los autobuses. Había tiendas que no me permitían comprar productos.
Cuando Prageeth desapareció, mi hijo mayor tenía 15 años y el pequeño 12. Para mí fue una lucha continua velar por el bienestar de mis hijos y luchar por la justicia para mi marido. Cada vez que me aseguraba de que mis hijos salían del trauma, de nuevo empezaba otro problema.
¿Qué le gustaría ver a continuación en su lucha por la justicia?
Me aseguraré de que se me haga justicia a través del sistema judicial. Pero el panel de tres jueces ha cambiado repetidamente. Un juez fue trasladado, por lo que un puesto está vacante. De los dos jueces restantes, uno es un antiguo brigadier y trabajó estrechamente con el ejército. También he pedido al presidente del Tribunal Supremo que cambie a ese juez.
¿Le preocupa que los Rajapaksa puedan seguir intentando interferir en el caso?
Aunque los Rajapaksa hayan perdido el poder, eso no significa que hayan perdido sus conexiones con el Gobierno. Ninguno de ellos quiere que la familia Rajapaksa sea acusada en este caso, por lo que con esas conexiones se asegurarán de alargar los procedimientos para proteger a esta familia.
¿Cómo te gustaría que se recordara a Prageeth?
Quiero que el mundo recuerde a Prageeth como alguien que escribió sobre temas importantes y comprendió la responsabilidad de ser periodista. Cuando otros hablan de mi Prageeth, significa que sigue vivo en el corazón de la gente;
Las llamadas y mensajes de WhatsApp del CPJ al adjunto de Gotabaya Rajapaksa, Sugeeshwara Bandara, y al portavoz de la policía Nihal Thalduwa no obtuvieron respuesta. El portavoz del Ministerio de Defensa, Nalin Herath, tampoco respondió a la solicitud de comentarios enviada por correo electrónico por el CPJ.