Alfonso y la censura

 
Alfonso y la censura

Alfonso y la censura. Viñeta del 26/11/2023 en CTXT

Fue el temita de salseo de la semana pasada que aún colea.

Alfonso Guerra, uno de los cuñados por excelencia de España y secundario en el cementerio de elefantes acudió a la llamada periódica de Atresmedia para soltar su habitual batería de cositas que tanto gustan a línea editorial de la empresa, al igual que suele hacer su otrora colega de fechorías, Felipe González. Otro que cada cierto tiempo se queja a cuatro columnas en algún medio de tirada nacional de que no puede decir nada.

En ese ambiente histérico cargado de las tradicionales bobadas caducadas y las rajadas pactadas de El Hormiguero, Alfonso empezó a hacer algo que parecía un alegato en defensa de la libertad de expresión.

Pero todo apuntaba al cuñadismo desde que lo abrió citando a las "patrullas de vigilancia de las costumbres" de Irán para después introducir el término "políticamente correcto", expresión que tanto gusta al malismo y que suelen usar los que están a punto de cagarse en toda tu estirpe. Así llegó a ese punto donde apareció el Guerra más puro y rancio para añadir:

"A mí me dan mucha pena los humoristas, ya no pueden hablar de nada...

Pablo Motos, con cara de pez chupacristales, añadió otra interesante reflexión.

"De nada"

Y Guerra continuó con su teoría sobre el drama de los humoristas.

"De nada, antes había (chistes)... de homosexuales... de...de enanos, de...

"De todo", apuntaló el Motos más intelectual.

Y Guerra, convencido de que iba por el camino de la verdad siguió: "De todo, ahora no, de eso no, de eso no..."

Pues bien, para Alfonso eso es la censura. El cierre pueden verlo ustedes mismos en el corte en cuestión.

Alfonso guerra siempre fue un cuñao y un lenguas mediocre elevado a "intelectual" por la propaganda, el rollito de determinados medios y la mala memoria del personal, pero además comparte un par de cosas con Pablo Motos.

Ambos están y/o han estado en medios que tienen algo en común, la tele y la política (o el poder). Hasta hace no mucho, tanto la tele como la política eran embudos masivos. Tubos de una sola dirección por los que estos personajes emitían sus soflamas y sus catetadas y poca o ninguna réplica recibían. Eso se acabó para siempre. Y no lo soportan.

Dicho sea de paso, estos espacios y formatos habrían muerto hace mucho de no ser por ese nuevo ruido del internete y de las redes sociales.

Otra cualidad que comparten Guerra y Motos es el machismo, puede que de distintas intensidades si me apuran, pero lo comparten y practican como algo normalizado.

Alfonso Guerra, hace poco (también en Antena 3, claro), a una pregunta sobre un asunto político terminó vomitando la machistada del día sobre Yolanda Díaz.

Aunque les confieso que ese neologismo de la "cancelación" me parece un invento bastante chusco porque no deja de ser el boicot, personal o colectivo, de toda la vida y que no es más que un lavado de cara a algo que ha existido siempre, es una reacción natural y en la mayoría de ocasiones necesaria y hasta saludable.

Los problemas gordos con la libertad de expresión y la censura no están precisamente en los chistes, aunque los hay. Eso tan manoseado de los límites del humor apunta a otra dirección y está mucho más arrriba, pero estos cafres llevan el debate al subsuelo de la estupidez porque les interesa que exista un problema que no existe sobre asuntos que se suponen más que superados.

Además, son los primeros en perseguir los chistes cuando tocan de cerca. En el caso de Pablo Motos, aunque en el gremio era algo de sobra conocido desde hace tiempo, ahora, algunos se sorprenden de que su maquinaria de reprimendas se ponga en marcha para meter en vereda a dibujantes, comediantes y otros artistas cada vez que el chiste apunta al ahora autoerigido defensor del humor.

Todos los Guerra y Motos de hoy son desde hace mucho tiempo los garrulos modernos que estampan su jeto en un inexistente casete de chistes caducos de gasolinera, pero ellos aún no lo saben.


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1 comentario en «Alfonso y la censura»

  1. ¡La conclusión no tiene precio!: "...son desde hace mucho tiempo los garrulos modernos que estampan su jeto en un inexistente casete de chistes caducos de gasolinera, pero ellos aún no lo saben".

Los comentarios están cerrados.

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