
Hace tiempo que tenía ganas de una Raspberry para cacharrear y como ya anticipé por aquí, me la echaron los reyes.
La idea inicial era pillar una Rapsberry 4 de 8 GB monda y lironda, pero para montar un PC auxiliar había que comprar además teclado, ratón, tarjeta MicroSD o disco SSD y fuente de alimentación. No salían las cuentas. Me arriesgaba a que los reyes magos desestimaran mi petición.
La opción más razonable fue pillar el kit Rapsberry Pi 400 (4GB) que ya viene con todo, incluyendo una tarjeta MicroSD (también llamada Noobs) con Raspberry Pi OS (antes Raspbian) preinstalado a falta tan solo de enchufarla a un monitor, único trasto que ya tenía de cuando jubilé el viejuno para hacerme con uno de esos estirados.
La fiesta salió por 130,87€, incluyendo los gastos de envío. Se adquirió en Raspipc ya que no la encontré más barata con teclado en español por ningún otro sitio y cuando se compró, a mediados de diciembre, aún había escasez. Aunque era algo que se supone que Raspberry ya había solucionado el 12 de diciembre.
Este kit, inspirado en los míticos microordenadores personales de los años 80 como el ZX Spectrum o el Commodore 64 fue lanzado el 2 de noviembre de 2020. Un ordenador completo de muy bajo consumo integrado en un teclado compacto.

Si eres un linuxero empedernido ya puedes ir buscándote otra cosa para leer porque aquí no encontrarás mucha información útil más allá de mis impresiones personales sobre esta cacharrería. Además, dejé de usar Linux en 2009, así que ya me acuerdo de poco y puede que incluso eso esté ya caducado, por lo que para mí supone casi un redescubrimiento.

Así fue el desempaquetado. Al abrir la caja, lo primero que aparece es el teclado. La primera impresión es que es un plastiquillo casi de juguete. No es tan así. No está mal rematado ni resulta tan endeble como parece.

En su parte trasera, con el color frambuesa característico de la marca, está toda la ristra de bujeros para meter cosas.

En la foto, de derecha a izquierda: el puerto GPIO para el cacharreo, que viene cubierto con un protector de goma, la ranura para la tarjeta MicroSD, que será nuestro disco duro tanto para el SO como para almacenamiento, dos puertos micro HDMI (soporta dos monitores), dos puertos USB 3.0 y uno 2.0 y un puerto Gigabit Ethernet para enchufarle la fibra ahí. También tiene WiFi doble banda y Bluetooth 5.0.
Por último tienes el orificio para una instalar un cierre Kensington. Un sistema mecánico que, más que proteger, disuade del robo por aquello de que hay que romper un poco para quitarlo si no eres un mangante experto.
Aquí tienes el resto de especificaciones.

Bajo el teclado está la fuente de alimentación USB tipo C de 5.1V 3A y la tarjeta MicroSD.

También el ratón oficial, Más bien grandote. Casi tanto como el largo del teclado.

Su calidad es la habitual de un ratón normal.

Al fondo de la caja se encuentra el cable micro HDMI a HDMI para conectar el monitor.

Y finalmente aparece la guía oficial, muy bien editada y con muchas ilustraciones. Como deben ser los libros de bien. Este libraco también se puede descargar gratis.


El teclado, de 78 teclas en su versión en español, es sin duda el alma de la fiesta porque todo lo importante va dentro.
Para que te hagas una idea del tamaño, está a medio camino entre un teclado TKL de 88 teclas y un ZX Spectrum 48K, pero mucho más delgado que ambos. Tan solo 23 mm de grosor.


¿Y cómo se refrigera todo esto?
Pues con un gran disipador de cien gramos integrado que cubre casi todo el teclado y que, además de ser la pieza más pesada del teclado, cumple otra misión, reforzarlo y darle rigidez al conjunto.

Pese a sus dimensiones, las teclas tienen un buen tamaño y tacto. Sin embargo, las más estrechas, las cursoras, son tan pequeñas que cuesta acostumbrarse a su uso al quedar muy reducidas y juntas. No hace falta tener los dedos muy gordos para pulsar tres de una vez por error.

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Te has dejado lo más importante, ¿puede con el Crysis?
Fuera de coñas, qué nostalgia ver un Spectrum. A los 15 años conseguí que me regalasen uno de 16KB de segunda mano y, al poco, convencí a mi abuela para que me pagase la ampliación a 48KB.
Visto hoy, parece imposible que se hicieran algunos juegos con tal cantidad de memoria disponible. Seguro que este breve texto ocupa mucho más...
:P Ni me he acercado a los juegos retro para evitar ataques de nostalgia.
Nos compraron ese 48K después de dar la turra durante meses y recuerdo como si fuera ayer el día que fuimos a pillarlo al bazar hindú donde lo vendían como novedad muy novedosa y las peleas a muerte en casa por usarlo.