La Pi 400 es la primera Raspberry Pi que incorporó un botón para apagarla y encenderla
Presionando Fn + F10 durante dos segundos se puede hacer un apagado suave y pulsando Fn + F10 durante diez segundos se consigue un apagado forzoso. Con F10 (o Fn + F10) se vuelve a encender.
También incorpora tres indicadores LED, uno en rojo para el bloqueo numérico, otro, también rojo, para el bloqueo de mayúsculas y un tercero verde que informa de si el equipo está encendido.



Llega el momento de enchufarlo y echarlo a andar. Esto es tan simple como conectar cada cable en su sitio con la MicroSD metida en su ranura y se instalará el sistema operativo en menos de diez minutos.


Algunos cacharros adicionales añadidos
Ya metidos en harina y como la mesa iba a tener que albergar aún más cables, por si no había ya suficientes, aproveché para solucionar de una vez por todas el asunto de la guarrería de la maraña de cables por el suelo.

Para este menester me hice con una regleta vertical como esta. Andan por ahí por menos de 40 euros.
Los cables quedan estratégicamente escondidos y enrollados detrás de los monitores y el suelo queda libre.

Otro asunto que había que solucionar era llevar el cable de la fibra hasta la esquina de la mesa donde se iba a ubicar la Raspberry. Aunque tiene WiFi lo suyo era enchufarle cable para disponer del máximo de velocidad con una conexión estable.
Estos fueron los aperos que lo hicieron posible: un extensor para unir cable, tres piezas de cable Ethernet de categoría 8 de distintas longitudes y un switch Ethernet de 5 puertos.
Otra cosa de la que podría haber prescindido (de haber tenido un disco SSD o USB decente), pero que es muy útil es el lector de tarjetas MicroSD, ya que mi ordenador (de 2012) no tenía.



Gracias al lector he podido sustituir la tarjeta de 16 GB (algo justa para según qué proyectos) que traía la Rapsberry por una de 32 GB y grabar distintas distribuciones para probarlas a placer.

Poder grabar la tarjeta o en disco y guardar copias de seguridad en otro ordenador tantas imágenes de sistemas operativos como quieras es un gustazo, para eso se puede usar Balena Etcher o Raspberry Pi Imager, que va realmente bien, y Win23Disk Imager para guardar copias.
Aún así, lo suyo es pillar un disco SSD interno de 2.5" SATA con un adaptador USB a SATA y y enchufárselo por USB a la Rapsberry para arrancar desde el disco porque, además de que se gana bastante en rendimiento en cuanto a escritura/lectura, las MicroSD son mucho más frágiles y su vida útil es mucho menor que la de los discos SSD. Además, ya se puede comprar un SSD bueno de 240 GB por apenas 25 euros. Quizá sea eso lo próximo que me agencie cuando pueda.
Ya he probado las siguientes distribuciones, todas de 64 bits, por este orden:
- Rapsberry Pi OS. Un SO muy bien resuelto. Sin duda el más ligero, rápido y estable con diferencia ya que sacrifica toda floritura.
- Manjaro ARM KDE Plasma 22.12. No va nada mal. La bautizo como segunda opción. Me gusta. Va relativamente rápido, aunque cuando empezaba a recordar los sudo, vienen estos con el pacman de Arch :P. De todos modos, Manjaro invita a pasar bastante de la consola.
- Ubuntu Desktop 22.10. Sabía que pasaría, los 4Gb se quedan algo cortos y se mueve bastante lento. Muy a mi pesar tuve que desistir de complacer mi ataque de nostalgia y solo estuvo instalado unas horas. Ubuntu Mate mejora bastante, aunque no llega a ser realmente ligero es una buena alternativa a tener en cuenta.
La opción ganadora, de momento, ha sido Rapsberry Pi OS Lite con KDE Plasma como escritorio deshabilitando Compositor y haciendo algunos ajustes de optimización que lo dejan cerca en rendimiento del Pi OS que viene preinstalado con el escritorio PIXEL basado en LXDE.
Y ahí está.

Agradecimientos por los consejillos a:
@matas / @Sr_Kenobi / @karlggestd/ @NiLace / @salva_pl / @slamelov / @LarreaMikel / @VictorMoral
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