Sucesión. Viñeta del 10/09/2022 en CTXT
La semana que se fue hizo un alto en las noticias de la inminente catástrofe económica que nos va a matar a base de hipotecazos, carencias, apreturas y escaseces para abrazar la histeria hagiográfica mediática y social por el espiche de Isabel, la de los dos palitos.
Una legión de escribientes rancios, incluyendo algunos sospechosos republicanos temerosos de quedar mal de cara a convenciones absurdas, se aplicó a fondo para contarnos que la reina era buena porque llevaba ahí toda la vida y los ingleses se habían quedado sin madre y otras gilipolleces.
Por allí hasta se pusieron de acuerdo (y pobre del comediante que se descarríe) para no liberar chistes sobre la muerte de la reina, al menos ninguno que se salga demasiado del guion de lo buenísima que era y de los sombreros tan chulis que llevaba.
La mocita feliz
Entre sus virtudes se destacó que Isabel había visto cómo se pintaron las primeras pinturas en Altamira, la Segunda Guerra Mundial, la caída del muro, una piara de papas y presidentes, a los Beatles y tal y todo ese rollo del colorín. Esto, solo ofrecía una información veraz, que la reina era ya más vieja que un bosque porque en ninguno de esos eventos participó más allá de hacerse fotos con algunos personajes tirando de influencias.
Eso tampoco tenía ningún mérito. Hasta el Mocito Feliz tiene un impresionante álbum de fotos con famosos, con la diferencia de que él se pagó de su bolsillo todos los gastos asociados a sus viajes para poder hacérselas.
También se nos vendió otra vez que una reina magnánima y neutral (¿no les suena?), otra patraña. Lean ustedes sobre la figura del Queen's consent (consentimiento de la reina) y los trapis que hizo con él.
Información poca, pero chorricias muchas. Como esta sobre los distintos "cambios" en las cosas oficiales en la que se nos cuenta que En Inglaterra han puesto a sus mentes más creativas a trabajar y se han currado esta sorprendente y original nueva letra para el himno.
Prisa para enterrarla no hay, pero a reina muerta, rey puesto del tirón. No sea que pase un algo que impida al vasallaje recuperar la ilusión de poder saludar a la carroza real con la banderita.
De las portadas melosas, ñoñas y mamporreras del deceso, los medios pasaron directamente al esperpento pelotero del discurso de Carlos número tres . Esto no es ninguna sorpresa porque aquí se hace exactamente lo mismo con todos los vividores de todas las generaciones de los borbones durante todas las etapas de su vida.
El País abrió con un sorpresón. Carlos no va a desprenderse de sus palacios y castillos y va a pisotear la corona. Va a seguir haciendo lo que siempre hacen los monarcas, chupar del bote a jornada completa rodeado de un ejército de sirvientes.
En el Mundo no se complican y destacan una frase de su discurso en la que deja claro que de ahí no lo mueve nadie porque su madre patatas. Ahí se va a quedarse pegado como una lapa hasta convertirse en (más) fósil.
En La Razón, La Vanguardia y otros diarios que aún se imprimen en unas láminas fabricadas con pulpa de celulosa abren con el rey y sus promesas de amor.
Y ya ha empezado a repartir amor haciéndose el loco mientras se arrestaba a ciudadanos que protestaban contra la monarquía. Vaya, otra cosita que también nos suena mucho por aquí.
Viñetaza del colega Darío Castillejos (México) a cuenta de este detallito.
Pero dejemos trabajar a Carlos y Camila, que tienen muchas cosas que firmar.
