En vacaciones se cocina lo justo e imprescindible, hay días que ni eso. Tras un día largo de pacá y pallá decidimos entrar en un centro comercial de los del triángulo verde a pillar unos cuantos plásticos de platos preparados de esos que venden allí para una cena rápida.
En un supermercado de El Corte Inglés todo es elegancia , hasta puedes ver una señora renegría, con gesto solemne, decidiendo la adquisición de una cebolleta sin perder la compostura estilística.
Llego a la caja y vuelco el contenido de lo comprado sobre la cinta.
-"Pip, pip, piripip", son 14, 50 señor, dice la de los pips mirándome sólo un poco pero muy de arriba a abajo.
Saco lo que se supone es mi cartera y le entrego uno de los azules a la cajera que más bien parece una auxiliar de vuelo de cajas registradoras, ella aprovecha para hacerme otros dos escaneos visuales de arriba/abajo, esta vez más meticulosos.
La cajera mete el billete en su máquina de la verdad del dinero, seguro piensa que mi aspecto y sobre todo el de mi cartera, es una evidencia incontestable de la falsedad de mi billete y de mi abultado historial de antecedentes penales, pero la máquina canta una luz verde que confirma mi pasta está destilada en la FNMT
Vuelve a mirarme como la que no quiere la cosa y pasa el billete una vez más en la máquina, y otra vez la luz verde repite que es bueno.
Para entonces, la clienta renegría que esperaba su turno a mi espalda ya me había chequeado desde el cogote a los talones al menos siete veces.
La mujer de la caja y la maquinita de cazar falsificadores de monóculo me devuelve unas monedas con mucho cuidado, evitando todo contacto epidérmico, no sé bien si por eso de la gripe porcina o por miedo al robo de alguno de sus anillos.
Mientras levanto la bolsa, miro las monedas al tiempo que le pregunto con gesto muy serio:
-"¿Y cuándo vais a poner una máquina para que los clientes podamos comprobar que las monedas que nos devolvéis no son falsas?"
Supongo que el factor sorpresa y que aquellas eran las primeras palabras que cruzábamos hicieron pantallazo azul en el cerebro de la auxiliar del pip-pip-piripip, la renegría ahora tenía la misma cara que Belén Esteban leyendo Versos Satánicos.
Bastó una media sonrisa canalla para que ambas recuperaran el aliento y relajaran sus esfínteres sabiendo que ya no tenía intención de descuartizarlas con el filo de un envase de plástico de uno de los platos preparados por pijas y desconfiadas.
Jajaja, ¿Estaba buena la pija renegría?...!Podías haber triunfado!. Su esquema (cebolleta en mano) se rompió. Probablemente mojó su Victoria secret.
A la Esteban es imposible imaginármela leyendo Versos satánicos (lo he intentado) ni tan siquiera leyendo Platero y yo…
Qué cachondo el tio. Una buena tarde de teatro si señor, Hay comedias impagables.
Joder nene, cada vez que abres la boca sube el pan xDD qué crack
Eso te pasa por entrar en segun que sitios... con lo bien y baratitos que estan los Dia...
Carpe Diem
Si es que a quien se le ocurre meterse en esos sitios, hazte un análisis no vaya ser que te hayan pegado alguna pijo-manía y con esa cartera ¡por dios! no me extraña que pensaran que eres un "kinki" y eso que no sabían que eras dibujante de cómic autónomo, sino salen corriendo a llamar a los "picoletos". Eso para que otra vez te vayas a por unos "pollos alast" a la tienda de al lado
Huy,que siniestro,ya solo faltas tu de sesino sicopata.
Simplemente genial. Me cagué de risa con la conclusión...
"...con el filo de un envase de plástico de uno de los platos preparados."