We are the pasta

Tanto  han machacado lo audiovisual desde todos los frentes durante las últimas horas con la la muerte, autopsia, entierro y funeral de Miguel Yason que ha hecho que me parezca estar recordando algo sucedido hace siglos.

El féretro de bronce con baño  en oro y cubierto de flores  estuvo en un lugar destacado de la ceremonia de despedida al artista, era todo una invitación a la idolatría desmesurada , como una anuncio de neón para la histeria y el lagrimón.

Todo alrededor de las últimas horas de Jackson ha sido excesivo, megalómano y purpurínico, la maquinaria publicitaria para la explotación de toda cosa imaginable que lleve el nombre y/o imagen del cantante  trabaja más  a lo bestia que nunca y cualquier cosa por extraterrestre que nos parezca está ya a la venta o fabricándose.

Joe Jackson, padre de Michael y su familia son ahora los propietarios de los derechos de autor de todo,  su empresa explotará a saco los derechos  sobre la música, persona, cara, símbolos registrados y a registrar y nombre.

Lo que ahora viene es una gran catarata inagotable de todo tipo de  objetos increíbles, entradas de conciertos, fotografías, vídeos y toda suerte de cachivaches que han estado en contacto con partes de la epidermis santa de Michael. También habrá que añadir al mercado millones de artículos de dudosa procedencia más falsos que las piedras del muro de Berlín o aquellos  cachos de pega de los hábitos de clérigo ese tan famoso de las barbas.

No tardaremos en ver celebrarse bodas en las Vegas con los novios vestidos de perfectos Michael´s de barraca y niños a los que sus padres los bautizaron como Michael Prince I, Michael Prince II o si me apuras Michael Prince III Entresuelo bis.

We are pasta.