Tierra de nadie

Tierra de nadie. Viñeta del 04/12/2022 en CTXT

Así es como volvió a definir el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, esa porción que pretende que entendamos como un limbo de los derechos humanos, una zona de exclusión de toda responsabilidad. Allí donde la muerte nace y crece silvestre.

Esta pirueta con doble tirabuzón de cinismo nació en 2001 tras discusiones con Marruecos sobre donde debía nacer la valla y alude a un cacho de tierra «repartida». Se supone que es española pero de supuesta soberanía marroquí. Allí está el puesto fronterizo de Barrio Chino, entre Nador y Melilla. En este punto se ubica una zona más ancha y otra más estrecha. Según Interior, la grande depende de Marruecos y la pequeña es esa «tierra de nadie” pero que desde Interior suelen llamar «área de intervención conjunta«, supongo que para culpar al vecino mientras se reparten los atropellos al 50%.

Sea como sea, no me haga usted mucho caso porque ni siquiera para este supuesto reparto de lindes del limbo se ponen del todo de acuerdo. Para asuntos estrictamente legales sobre la propiedad de ese terreno se puede acudir a los expertos en la materia, pero ninguno podrá encontrar ningún resquicio que justifique matar o dejar morir allí y poder lavarse las manos.

Las cuestiones morales de esta vaina las tienen mucho mejor expuestas en el editorial de de CTXT del 2 de diciembre titulado El Estado como tierra de nadie. He aquí una porción:

En todo el planeta, no existe “tierra de nadie”, entendido eso como una zona en la que es posible el ejercicio de delitos, como el asesinato, sin responsabilidad alguna. En el territorio del Estado español no existe ninguna “tierra de nadie” en la que la policía pueda excederse sin consecuencias legales. No existe la “tierra de nadie” para la barbarie. Sí, existió. Durante décadas, más de las comprensibles, hubo comisarías, cuarteles, que eran “tierra de nadie”, no sujetas a derecho, en cuyo interior sucedían también “ataques a las fronteras españolas”, duramente reprimidos. El ministro de Interior, y con él su presidente, parecen reivindicar el nacimiento localizado, nuevamente, de “tierras de nadie”, puntos negros en los que lo que ocurre no se ve y no se constata. Y por ello, no se somete ni a la ley ni a la ética.

Este subterfugio cruel para disfrazar la impunidad ya fue tratado en otra viñeta de marzo de 2019 a cuenta de eso que llamaron «la tragedia del Tarajal«