Genocidio lento

Genocidio lento. Viñeta del 30/03/2024 en CTXT

Pues ya lo tenemos, días después de que se dibujara esta viñeta el ejército del Estado genocida de Israel ha bombardeo a un grupo de personas que volvían de repartir alimentos. Tampoco había que ser adivino para vaticinarlo, llevan meses bloqueando la ayuda humanitaria y usando el hambre como arma de guerra al tiempo que bombardean a los que se acercan a intentar pillar alimentos.

Según se cuenta, "después de que un misil impactara sobre el primer coche del convoy de World Central Kitchen, los supervivientes corrieron a refugiarse a otro coche, que fue atacado segundos más tarde. Un tercer vehículo se acercó para ayudar a los heridos. Y entonces también fue atacado".

Entre tanto, José Andrés no parece terminar de caerse del guindo.

¿Y qué dice el portavoz de los asesinos? Pues Daniel Hagari asegura que lo siente mucho, muchísimo, y que lo van a investigar. Van a intentar descubrir el motivo por el que ese ejército tan poderoso, con ese armamento tan sofisticado y preciso de última generación y, pese a saber de sobra que esa organización estaba por allí haciendo su tarea, pudo cargárselos sin contemplaciones. Otra medalla al mérito en el cinismo para este sociópata.

Netanyahu, por su parte, despacha el asunto rapidito tratándolo como un "accidente" y añade que estas son cosas que "pasan en la guerra". Bibi, se olvida, por lo que sea, de que esto no es una guerra.

Israel no ha necesitado mucho tiempo para "investigar" y atribuye el "ataque" a los cooperantes a “una identificación errónea” para terminar culpando a Hamas.

No hay error que valga, han muerto de la misma forma que lo ha hecho el resto de personas en Palestina, ejecutados a sangre fría por esa piara de locos que Israel llamar ejército y que se dedica, entre otras muchas barbaridades, a disparar a niños a la cabeza.

Los siete integrantes de World Central Kitchen pasan a engrosar la larga lista de asesinatos impunes de Israel en Palestina, que se cuentan por decenas de miles. Según el último informe de la UNRWA del 1 de abril, el número total de sus miembros asesinados desde el 7 de octubre es ya de 173. Ninguno de ellos tuvo tanta "suerte" con las falsas condolencias. Israel acusó a esta organización de terrorismo sin aportar ninguna prueba.

Las reacciones por aquí han sido igual de contenidas, cobardes y tibias que siempre.

José Manuel Albares, Ministro de Asuntos Exteriores, se mojó entre poco y nada y declaró: "Lamentamos la muerte de 7 trabajadores humanitarios de la WCK y exigimos que se esclarezcan las circunstancias de esas muertes". Lo de siempre, dejemos que los asesinos se expliquen.

Pedro Sánchez, en gira por Oriente medio, dijo lo mismo en una rueda de prensa en Doha (Catar) y que las "supuestas aclaraciones" del primer ministro Benjamín Netanyahu no son suficientes y que están a la espera de una explicación "mucho más pormenorizada y detallada de las causas y el porqué de este bombardeo". Que esperen sentados.

También aprovechó para volver a prometer por enésima vez que España reconocerá Palestina como Estado "lo antes posible", que eso siempre queda bien para los titulares, pero al paso que va, no va a quedar ni estado ni palestinos que reconocer.

La vida sigue, en este caso la muerte porque Israel destruyó el hospital Al-Shifa, el mayor y principal complejo sanitario de Gaza, dejando cientos de muertos tras dos semanas de asedio. Destruir hospitales es sólo una parte más de la agenda genocida de Netanyahu. Pero la fiesta siempre puede complicarse aún más.