El misterio del primer atentado yihadista en España

 

Autora/ Raquel G. Solís

La autoría del primer atentado yihadista en la historia de España sigue siendo un misterio sin resolver y aún hoy tiene más preguntas que respuestas.

No fue en 4 trenes de cercanías, en hora punta, en la Estación de Atocha un 11 de marzo de 2004, sino a mediados de los años 80 en el restaurante "El Descanso" y dejó 18 muertos y 82 heridos.

Nunca se ha podido determinar quien cometió aquel atentado a pesar de que fue reivindicado por cuatro grupos terroristas.

Ocurrió en 1985, 19 años antes, un 12 de abril sobre las diez y media de la noche, cerca de la base militar de Torrejón de Ardoz. Murieron 18 personas y hubo 82 heridos. A pesar de que en unos días se cumplirán 39 años, sigue sin saberse su autoría.

El balance del número de víctimas fue lo único que quedó claro, 18 muertos de nacionalidad española, y 82 heridos de los que 14 eran norteamericanos. Precisamente, que el restaurante fuera frecuentado por militares norteamericanos de la base estadounidense de Torrejón de Ardoz hizo pensar que el objetivo no eran españoles sino americanos. Aunque, la hora en la que se perpetró el atentado, sobre las diez y media de la noche, no hacía viable esta hipótesis, ya que era demasiado tarde para que hubiera militares americanos cenando. 

Tampoco se aclaró que tipo de explosivo se detonó, se habló desde cloratita, pentrita a trinitrolueno. Lo único que se supo con certeza fue que la bomba, de entre 5 y 15 kilos, estaba en una bolsa de deportes abandonada debajo de la barra del restaurante, cerca de los baños.

Fuente: Se cumplen 30 años de la explosión que mató a 18 personas en el restaurante 'El Descanso' / RTVE

Pero, la verdadera incógnita del tercer gran atentado de la historia reciente de España, tan sólo superado por el M-11 con 190 muertos y el de Hipercor con 21, sigue siendo quien lo hizo.

Pasaban las horas y nadie lo reconocía, hasta que empezaron las primeras reivindicaciones. Entre ellas, estaba la de Jihad IslámicaLo hizo a través de una llamada telefónica anónima a la delegación de una agencia internacional de noticias en Beirut. Se decía que seguirían perpetrando atentados hasta que el último soldado israelí se marchara del Sur del Líbano.

Además, en el comunicado se afirmaba que era una represalia por sus matanzas en Bir al- Abed, un barrio chiita de esta ciudad donde la explosión de un coche-bomba había provocado la muerte de 92 personas, 4 días antes. Los integristas chiitas directamente acusaron a Israel y a Estados Unidos de estar detrás de esta masacre.

El problema vino porque no fueron los únicos en reivindicarlo. Se encontraron sobres de azúcar donde estaba la palabra "Waad", promesa, usada por el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comandos Especiales (FPLP-CE), una escisión de la OLP, para reivindicar sus atentados. De hecho, en las primeras investigaciones se apuntó a Hamza Tirawi, un militante de este grupo.

Y no solo eso, sino que, también, lo reivindicó en un comunicado donde se decía que lamentaban la muerte de españoles que se encontraban allí de manera accidental, según recogió El Periódico. Hipótesis que finalmente fue descartada al no producirse ninguna detención.

También, se sospechó de ETA. La razón fue porque la banda terrorista vasca se había declarado Anti-OTAN, y precisamente la proximidad a la base americana, los había convertido en los primeros sospechosos, según recogió la prensa del momento. Además, no hay que olvidar que en aquellos años España vivía los denominados «años de plomo de ETA».

Aún, así, y siguiendo la hipótesis de que sus autores fueran españoles no se descartó al GRAPO. Alguien con la voz distorsionada llamó a una emisora de Antena 3 diciendo que lo hacía en nombre de este grupo. El comunicante lamentó que el atentado no hubiera ocurrido a las nueve menos cuarto de la mañana, hora prevista, cuando el local hubiera estado lleno de americanos, según contaba el diario El País.

Portadas de ABC de las ediciones de Madrid y Sevilla. 14 de abril de 1985.

Curiosamente, en 2005, veinte años después, un superviviente del atentado ve una fotografía en la prensa de Mustafá Setmarian Nasar, un jefe de Al-Qaeda detenido ese mismo año en Pakistán, y lo reconoce. Asegura que levantó sus sospechas desde el principio y dice que lo vio depositar una bolsa en el lugar de la explosión. 

Inicialmente, la policía no lo toma muy en serio. Pero, la revisión del sumario hace que se den cuenta de que otros testigos señalan a un sospechoso con características similares.

Al igual que, según Interviú, algunos militares norteamericanos que estuvieron allí y que fueron sometidos a sesiones de hipnosis para recordar detalles que pudieran arrojar luz, también, lo señalan.

Tras esta pista se vuelve a reabrir la causa. El juez Baltasar Garzón dicta una orden internacional de busca y captura, pero, sigue estando en paradero desconocido. Algunas fuentes creen que pudiera estar en Guantánamo y otras en Siria, pero, a ciencia cierta nadie lo sabe.

Lo que sí se conoce es que es de origen sirio. Tiene la nacionalidad española al casarse con una madrileña con la que tuvo dos hijos. Estuvo 12 años viviendo en España, sin que fuera detenido ni considerado sospechoso de este atentado. 

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Raquel G.Solís

Periodista en búsqueda de proyectos nuevos. Defensora del periodismo serio basado en datos y no de opiniones o declaraciones.


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