
Si le gustó el titular "Cancelan una exposición titulada "Licencia para ofender" por si alguien pudiera sentirse ofendido" disfrutará aún más con este otro: "Censuran una exposición de obras censuradas"
La parroquia de Escaldes-Engordany, la segunda más poblada después de Andorra la Vieja en el Principado de Andorra, era la primera parada de la exposición itinerante titulada "La censura es la comisaria de esta exposición" del Museo del Arte Prohibido de Barcelona. Y se cumplió su título como una profecía satírica. La expo fue censurada.
La pieza que desencadenó la cancelación de la muestra por parte de la cónsul mayor (el equivalente aquí a alcaldesa) de Escaldes-Engordany, Rosa Gili, fue la portada del nº 1178 de la revista satírica Charlie Hebdo (14/01/2015) con dibujo de Rénald Luzier "Luz".

Esta fue la portada del primer ejemplar que salió a la calle tras el atentado del 7 de enero de 2015.
Aquel día, los hermanos, Chérif y Saïd Kouachi, irrumpieron armados en la sede del semanario Charlie Hebdo en París y asesinaron a doce personas. Ocho de ellas formaban parte de la redacción: cinco dibujantes (Wolinski, Cabu, Honoré, Tignous y Charb, director de la publicación), un corrector (Mustapha Ourrad), una psicoanalista (Elsa Cayat) y un economista antineoliberal, Bernard Maris, conocido como “Oncle Bernard".
Rosa Gili decidió retirar la pieza por "motivos de seguridad de Estado" cuando la exposición ya estaba montada y anunciada a la que desde el Comú (Ayuntamiento) invitaban así:
"El arte prohibido sale de la sombra para hacerte pensar, sentir y cuestionar"

Los organizadores le dijeron entonces que si se amputaba la muestra se negaban a que se inaugurara censurada y ella, ni corta ni perezosa decidió cancelarla. Rosa Gili retorció el relato y alguien podría entender que fueron los organizadores los que la retiraron o que fue algo consensuado. Sin embargo, desde el museo encargado de la exposición censurada han tenido que dejar claro que la cancelación ha sido una decisión unilateral. Las dos únicas opciones que ofreció Rosa Gili fueron la censura o la cancelación.
Rosa Gili confesó sin ningún reparo que censuró la exposición:
"Sí, ayer censuré la censura".
Después de decir que "lo lamentaba profundamente porque eso generó mucho malestar", como suele ser habitual entre los políticos cínicos, tuvo el santo rostro de añadir:
"Yo estoy evidentemente a favor la libertad de expresión, del diálogo (...) pero no sabía lo que me iba a encontrar".
Esto no sirve ni como excusa mala. ¿Nos está diciendo que pensó que en una exposición de obras censuradas encontraría dibujos de unicornios e imágenes de los Teletubbies?
Y así es como argumentó su capitulación tras convertirse en la comisaria censora que vaticinada el título de la exposición:
"Somos un pequeño país, tenemos dentro de cuatro días Els Jocs dels Petits Estats d'Europa, una concentración importante de gente (...) visto el contexto internacional, visto que hay una alerta 5 de 5 en Francia, 4 de 5 en España (...) y yo tengo unas convicciones como persona pero yo creo que cuando eres político y tienes responsabilidad, tus convicciones las puedes dejar a un lado por un bien superior que es la seguridad del Estado" (...) la policía me dijo que hice lo que tenía que hacer y también informé al Gobierno de esta decisión".
Rosa Gili llegó a decir:
"Prefiero censurar que ir a un funeral" (Fuente).
Estos son los mimbres de estos paletos lumbreras que se supone que deben proteger y asegurar las libertades y derechos.
Puedes escuchar su declaración completa en este vídeo.
El viernes 23 de mayo, un grupo de personas se concentró en el Espacio Caldas para denunciar la “censura a la censura”.
El humor en apuros, recopilación de casos
Casos de dibujantes que han tenido problemas de cierta importancia a causa de sus viñetas o ilustraciones satíricas. También hay algunas historias de otras personas que, sin ser dibujantes, han tenido problemas por compartirlas.